Isaías 34 - Biblia Martin Nieto1 ¡Acercaos, naciones, para oír, estad atentos, pueblos; escucha, tierra, y cuanto encierras, y tú, universo, con todo tu producto! 2 Pues el Señor está irritado contra todas las naciones, enfurecido contra todo su ejército. Los ha condenado al exterminio, los ha entregado a la matanza. 3 Los muertos son tirados a la calle, el hedor de sus cadáveres se expande, la sangre cunde de los montes. 4 Todo el ejército de los cielos se disuelve, los cielos se enrollan como un libro, y todo su ejército se amustia, como se amustia el follaje de la vid, como las hojas mustias de la higuera. 5 Pues en los cielos se embriaga mi espada; y ya se abalanza sobre Edón, sobre el pueblo que he entregado al castigo. 6 La espada del Señor está llena de sangre, empapada de grasa, de sangre de corderos y de machos cabríos, de grasa de riñones de carneros. Pues el Señor va a hacer un sacrificio en Bosra, una gran matanza en el país de Edón. 7 Caen con ellos los búfalos, los bueyes junto con los toros; su tierra está borracha de sangre, su suelo empapado de grasa, 8 porque es el día de la venganza del Señor, el año de la revancha para la causa de Sión. 9 Sus torrentes se transforman en pez, y su tierra en azufre; su país queda hecho un brasero de pez; 10 ni de día ni de noche se apaga, su humo sube sin cesar, de edad en edad quedará desierto, y nadie más pasará por allí. 11 Será morada de pelícanos y erizos, mansión de cuervos y lechuzas; el Señor tirará sobre ella la cuerda del caos y la plomada del vacío. 12 Allí morarán los sátiros, y no existirán más sus nobles; no será proclamado ningún rey, y todos sus jefes desaparecerán. 13 Espinas crecerán en sus palacios, cardos y abrojos en sus fortalezas, será una guarida de chacales, morada de avestruces. 14 Gatos salvajes y hienas se darán allí cita, y los sátiros se reunirán; también allí se tumbará Lilit, y encontrará su lugar de reposo. 15 Allí anidará la víbora, allí pondrá, incubará y empollará sus huevos; allí también se juntarán los buitres, se encontrarán unos con otros. 16 Buscad en el libro del Señor y leed: no falta ni uno; ninguno echa de menos a su compañero, pues la boca del Señor lo ha ordenado y su soplo los ha reunido. 17 Él mismo les ha echado la suerte, su mano les ha repartido la tierra con la cuerda de medir; por siempre la poseerán, en ella habitarán de generación en generación. |
Evaristo Martín Nieto©