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Isaías 34:5 - Biblia Martin Nieto

5 Pues en los cielos se embriaga mi espada; y ya se abalanza sobre Edón, sobre el pueblo que he entregado al castigo.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Y cuando mi espada haya terminado su trabajo en los cielos, caerá sobre Edom, la nación que he señalado para ser destruida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Mi espada en los cielos estaba esperando y ahora cae sobre Edom, sobre este pueblo que yo quiero que sea castigado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Mi espada se embriagará en los cielos, Y para juicio descenderá en Edom° Sobre el pueblo de mi anatema.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Porque está ebria mi espada en los cielos. Mirad: baja contra Edom, contra el pueblo condenado por mí al exterminio.

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Isaías 34:5
32 Tagairtí Cros  

Acuérdate, Señor, contra los edomitas, que decían el día de Jerusalén: 'Destruidla, destruidla hasta sus cimientos'.


Levántate, Señor; sal a su encuentro, derríbalos; líbrame con tu espada del malvado.


Oráculo sobre Edón: Se me grita desde Seír: Centinela, ¿qué hora es de la noche? Centinela, ¿qué hora es de la noche?


Por eso la maldición devora la tierra, y sus habitantes sufren los efectos; por eso los habitantes de la tierra se consumen, y sólo quedan unos pocos hombres.


tus jefes han profanado el santuario, por eso he entregado a Jaco al exterminio, y a Israel a los ultrajes.


¿Quién es éste que llega de Edón, de Bosra, con vestidos de púrpura; que, espléndido en su aderezo, avanza majestuoso en la plenitud de su fuerza? Soy yo, el que profeso la justicia y soy grande en salvar.


yo os destino a la espada, y todos sucumbiréis en la matanza; porque llamé y no respondisteis, hablé y no escuchasteis, hicisteis lo que es malo a mis ojos y elegisteis lo que a mí no me agrada.


Es el día del Señor Dios, día de venganza, para vengarse de sus enemigos. Su espada devorará, se saciará, se embriagará de la sangre de ellos. ¡Un sacrificio que celebra el Señor Dios omnipotente en las tierras del norte, junto al río Éufrates!


¡Oh espada del Señor!, ¿nunca descansarás? ¡Vuelve a tu vaina, detente, cálmate!


Allí está Edón con sus reyes y todos sus príncipes, quienes, a pesar de su prepotencia, fueron puestos junto con los muertos a espada; yacen entre los incircuncisos, entre los que bajan a la fosa.


Como tú te alegraste cuando la heredad de la casa de Israel era devastada, así haré yo contigo; en desolación te convertirás, monte de Seír, así como Edón entero, y se sabrá que yo soy el Señor.


Llenaré de muertos sus montañas. En sus collados, en sus valles, en todos sus barrancos caerán los muertos a espada.


Esto dice el Señor Dios: Lo juro en el ardor de mi cólera; a los restos de las naciones, a Edón entero me dirijo, a los que se han atribuido la posesión de mi tierra, con la alegría en el corazón y el desprecio en el alma para saquearla y expoliarla.


Silencio ante el Señor Dios, porque su día está cercano; porque el Señor ha preparado un sacrificio, ha consagrado a sus invitados.


También vosotros, etíopes, caeréis bajo mi espada.


Si Edón dice: 'Hemos sido destruidos, pero reconstruiremos nuestras ruinas', esto dice el Señor todopoderoso: 'Ellos edificarán, pero yo destruiré; serán llamados Tierra malvada, pueblo contra el que el Señor está eternamente indignado.


Luego dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.


Maldito sea el que no ama al Señor. ¡Ven, Señor nuestro!


Pero los que se atienen al cumplimiento de la ley están bajo maldición, como dice la Escritura: Maldito sea el que no cumple todo lo que está escrito en la ley.


Cuajada de vacas y leche de ovejas / con grasa de corderos y carneros, / toros de Basán y machos cabríos, / flor de harina de trigo en abundancia; / bebiste el vino, la sangre de las uvas.


tienen sus ojos llenos de adulterio y no se hartan de pecar; seducen a los inestables; tienen el corazón habituado a la avaricia, son gente maldita.


en su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una espada aguda de dos filos; su cara era como el sol que brilla en todo su esplendor.


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