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Lucas 14:35 - Biblia Martin Nieto

No sirve ni para la tierra ni para el estercolero; se la tira. ¡El que tenga oídos para oír que oiga!'.

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Biblia Reina Valera 1960

Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La sal sin sabor no sirve ni para la tierra ni para el abono. Se tira. ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ya no sirve para el campo ni para estiércol; se la tirará fuera. Escuchen, pues, si tienen oídos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ni para la tierra ni para abono es útil, y la echan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ya no sirve ni para la tierra ni para el estercolero; la tiran fuera. El que tenga oidos para oír, que oiga'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No es útil ni para la tierra, ni para el muladar; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.

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Lucas 14:35
11 Tagairtí Cros  

¡El que tenga oídos que oiga!'.


¡El que tenga oídos que oiga!'.


El que tenga oídos para oír que oiga'.


El viñador dijo: Señor, déjala también este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol,


Y otra cayó en tierra buena, nació y dio fruto, el ciento por uno'. Dicho esto, exclamó: '¡El que tenga oídos que oiga!'.


'Grabaos bien estas palabras: El hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres'.


Al que no está unido a mí se lo echa fuera, como a los sarmientos, que se los amontona, se secan y se los prende fuego para que se quemen.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El vencedor no será víctima de la segunda muerte.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.