Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Apocalipsis 2:7 - Biblia Martin Nieto

7 El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

7 »Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. A todos los que salgan vencedores, les daré del fruto del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

7 El que tenga oídos, escuche este mensaje del Espíritu a las Iglesias: 'Al vencedor le daré de comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

7 El que tiene oído, oiga qué dice el Espíritu a las iglesias. Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida,° que está en° el paraíso de Dios.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios'.

Féach an chaibidil Cóip




Apocalipsis 2:7
36 Tagairtí Cros  

El Señor Dios hizo germinar del suelo toda clase de árboles agradables a la vista y apetitosos para comer, el árbol de la vida, en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.


El fruto de la justicia es un árbol de vida, y la violencia arranca las vidas.


La esperanza diferida hace enfermar el corazón, el deseo satisfecho es un árbol de vida.


Es un árbol de vida para los que la abrazan, y los que la poseen son bienaventurados.


En Edén, jardín de Dios, vivías. Innumerables piedras preciosas adornaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, carbunclo y esmeralda; de oro era el borde de tu manto, de oro las incrustaduras, todo a punto desde el día en que fuiste creado.


No le igualaban los demás cedros en el jardín de Dios, los cipreses no podían competir con su ramaje, los plátanos no tenían su follaje. Ningún árbol, en el jardín de Dios, era a él comparable en belleza.


¡El que tenga oídos que oiga!'.


Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. ¡El que tenga oídos que oiga!'


¡El que tenga oídos que oiga!'.


Y añadió: '¡El que tenga oídos que oiga!'.


Nada que entra de fuera puede manchar al hombre; lo que sale de dentro es lo que puede manchar al hombre.


¡El que tenga oídos para oír que oiga!'.


Y le contestó: 'Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso'.


Y otra cayó en tierra buena, nació y dio fruto, el ciento por uno'. Dicho esto, exclamó: '¡El que tenga oídos que oiga!'.


Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulaciones; pero tened ánimo, que yo he vencido al mundo'.


Y a nosotros nos lo manifestó Dios por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo penetra todo, hasta las cosas más profundas de Dios.


fue arrebatado al paraíso, y oyó palabras inefables que el hombre no puede expresar.


Padres, os escribo porque habéis conocido al que es desde el principio. Jóvenes, os escribo porque habéis vencido al maligno.


Oí una voz que venía del cielo y decía: 'Escribe: Dichosos desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, para que descansen de sus trabajos, porque sus obras los acompañan'.


Vi como un mar de cristal, mezclado con fuego, y los que habían vencido a la bestia, a su estatua y a la cifra de su nombre estaban de pie sobre el mar de cristal con las cítaras de Dios.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El vencedor no será víctima de la segunda muerte.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.


El vencedor heredará estas cosas; yo seré su Dios, y él será mi hijo.


Dichosos los que lavan sus vestidos para tener derecho al árbol de la vida y a entrar en la ciudad por las puertas.


El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. El que escuche, diga: 'Ven'. El que tenga sed, que venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.


En medio de la plaza de la ciudad, y a un lado y otro del río, hay árboles de la vida, que dan doce frutos al año, una vez al mes. Las hojas de los árboles sirven para curar a las naciones.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí