Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Josué 5:13 - Biblia Martin Nieto

Estando un día Josué cerca de Jericó, levantó los ojos y vio a un hombre delante de él con la espada desenvainada en su mano. Josué se le acercó y le dijo: '¿Eres de los nuestros o de los enemigos?'.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando Josué estaba cerca de la ciudad de Jericó, miró hacia arriba y vio a un hombre parado frente a él con una espada en la mano. Josué se le acercó y le preguntó: —¿Eres amigo o enemigo?

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Estando Josué cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie delante de él, con una espada desenvainada en la mano. Josué fue donde él y le dijo: '¿Estás en favor nuestro o de nuestros enemigos?'

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Sucedió que estando Josué cerca de Jericó, levantó sus ojos y he aquí que vio a un varón en pie frente a él con su espada desenvainada en su mano. Y Josué fue hacia él y le dijo: ¿Eres tú de los nuestros o de nuestros adversarios?

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Estando Josué cerca de Jericó, levantó sus ojos y vio delante de sí a un hombre que estaba de pie, con una espada desnuda en la mano. Josué se adelantó hacia él y le dijo: '¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y sucedió que cuando Josué estaba cerca de Jericó, alzó sus ojos y miró, y he aquí, un varón estaba delante de él con su espada desenvainada en su mano. Y Josué fue hacia Él y le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Josué 5:13
24 Tagairtí Cros  

El Señor se apareció a Abrahán junto al encinar de Mambré, cuando estaba sentado ante su tienda en pleno calor del día.


Alzó los ojos y vio a tres hombres de pie delante de él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda,


Jacob se despertó de su sueño y dijo: 'Ciertamente el Señor está en este lugar y yo no lo sabía'.


Jacob alzó los ojos y vio que venía Esaú con cuatrocientos hombres. Repartió los niños entre Lía y Raquel y las dos esclavas.


Luego Esaú alzó los ojos, y al ver a las mujeres y a los niños preguntó: '¿Quiénes son esos que traes contigo?'. Jacob respondió: 'Son los hijos que Dios ha dado a tu siervo'.


Fue un buen refuerzo para David y su tropa, pues eran todos hombres valerosos, y llegaron a ser jefes del ejército.


y ordenó al ángel envainar su espada.


y David no se atrevía a ir allá para orar ante el Señor, porque todavía le duraba el temor que le había causado la espada del ángel del Señor.


porque mi ángel irá delante de ti y te llevará a la tierra de los amorreos, hititas, fereceos, cananeos, heveos y jebuseos: yo los exterminaré.


levanté los ojos, miré y vi a un hombre vestido de lino, ceñidos los lomos de oro puro.


Alcé los ojos, y vi un carnero que estaba delante del río: tenía dos cuernos, uno más alto que otro. El más alto había despuntado más tarde.


'Tuve un sueño durante la noche. Vi un jinete sobre un caballo rojo, que estaba entre los mirtos que había en un valle profundo; detrás de él había caballos rojos, alazanes, negros y blancos.


La burra, al ver al ángel del Señor apostado en el camino con la espada desenvainada en la mano, se salió del camino y tiró por el campo. Balaán le pegaba para hacerla volver al camino.


El Señor abrió los ojos de Balaán y vio al ángel del Señor apostado en el camino con la espada desenvainada en la mano. Balaán se inclinó y se postró en tierra.


Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se iba, cuando se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco,


El Señor dijo a Josué: 'Mira, he puesto en tus manos a Jericó y a su rey. Todos vosotros, los combatientes,


y en medio de los candelabros como un hijo del hombre, vestido con una larga túnica y ceñido con un cinturón de oro alrededor de su pecho.


Manóaj se levantó, siguió a su mujer, llegó donde estaba el hombre y le dijo: '¿Eres tú el que ha hablado a esta mujer?'. Él respondió: 'Yo soy'.


Y dijo a su mujer: 'Moriremos, porque hemos visto al Señor'.