Yo estoy seguro que he de ver los bienes del Señor en el mundo de los vivos.
Hebreos 11:1 - Biblia Martin Nieto La fe es la garantía de las cosas que se esperan, la prueba de aquellas que no se ven. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Biblia Nueva Traducción Viviente La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver. Biblia Católica (Latinoamericana) La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver. La Biblia Textual 3a Edicion Y la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La fe es anticipo de las realidades que se esperan y prueba de las que no se ven. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Es, pues, la fe, la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de lo que no se ve. |
Yo estoy seguro que he de ver los bienes del Señor en el mundo de los vivos.
Mis huesos se quebrantan, mis opresores me insultan, y me repiten a lo largo del día: '¿Dónde está tu Dios?'.
instando a judíos y griegos a convertirse a Dios y a la fe en Jesús nuestro Señor.
Tres cosas hay que permanecen: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más grande de las tres es el amor.
Lo que voy a decir, no lo diré inspirado por el Señor, sino como un ataque de locura, en la seguridad de que tengo también de qué presumir.
para los que no miramos las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las visibles son temporales, las invisibles eternas.
De modo que, el que está en Cristo, es una criatura nueva; lo viejo ya pasó, y ha aparecido lo nuevo.
pues si van los macedonios y se encuentran con que no estáis preparados, sería una vergüenza para mí, y sobre todo para vosotros.
Si creemos en Cristo, da lo mismo estar o no estar circuncidados; lo que importa es la fe y que esta fe se exprese en obras de amor.
Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo para dar a los elegidos de Dios la fe y el conocimiento de la verdad de nuestra religión,
acerquémonos con un corazón sincero, con fe perfecta, purificados los corazones de toda mancha de la que tengamos conciencia, y el cuerpo lavado con agua pura.
Nosotros, sin embargo, no somos de aquellos que se retiran cobardemente para la perdición, sino de aquellos que se salvan por la fe.
Todos éstos murieron en la fe sin haber obtenido la realización de las promesas, pero habiéndolas visto y saludado de lejos y reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra.
Por la fe huyó de Egipto sin temor a las iras del rey y se mantuvo firme como si viese al invisible.
Por la fe Noé, divinamente advertido acerca de las cosas que todavía no se veían, movido de un religioso temor, construyó un arca para salvar a su familia; por la fe condenó al mundo y se convirtió en heredero de la justicia que se obtiene por la fe.
¿cómo podríamos escapar nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, inaugurada por la predicación del Señor, nos ha sido transmitida con garantía por aquellos que le oyeron,
Porque hemos llegado a ser partícipes de Cristo, si seguimos manteniendo inquebrantable hasta el fin nuestra fe inicial.
Cristo, por el contrario, lo ha sido en calidad de Hijo, al frente de su casa. Y su casa somos nosotros, con tal que permanezcamos inquebrantables hasta el fin, confesando valientemente nuestra fe y confiados en la esperanza que tenemos.
que no os descuidéis y que sigáis el ejemplo de aquellos que por la fe y la perseverancia entran en posesión de las promesas.
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han alcanzado una fe no menos preciosa que la nuestra mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo.