Hebreos 2 - Biblia Martin Nieto1 Por eso debemos prestar más atención a las enseñanzas recibidas, no sea que marchemos a la deriva. 2 Porque si la palabra promulgada por los ángeles estaba garantizada hasta el punto de que toda transgresión y desobediencia recibió su justo castigo, 3 ¿cómo podríamos escapar nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, inaugurada por la predicación del Señor, nos ha sido transmitida con garantía por aquellos que le oyeron, 4 confirmando Dios su testimonio con signos, prodigios y toda clase de milagros, y con los dones que el Espíritu Santo reparte según su voluntad. 5 Porque, de hecho, no sometió a los ángeles el mundo venidero, del cual hablamos. 6 Alguien afirmó en cierto lugar: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; el ser humano, para que de él te preocupes? 7 Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad. 8 Todo lo sometiste bajo sus pies. 9 Pero al que fue rebajado un poco con relación a los ángeles, Jesús, le vemos coronado de gloria y dignidad por haber sufrido la muerte; de modo que, por la gracia de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. 10 Convenía, en efecto, que aquel por quien y para quien todo fue hecho, queriendo llevar a la gloria un gran número de hijos, hiciese perfecto, mediante los sufrimientos, al jefe que debía guiarlos a la salvación. 11 Porque el santificador y los santificados tienen todos el mismo origen. Por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo: Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en plena asamblea te alabaré. 13 Y además: En él pondré mi confianza. Más todavía: Aquí estoy yo con los hijos que Dios me ha dado. 14 Pues de la misma manera que los hijos participan de la misma carne y sangre, también él participó de modo parecido, para reducir a la impotencia mediante la muerte a aquel que tiene el imperio de la muerte, es decir, al diablo, 15 y libertar a todos aquellos que, por miedo a la muerte, estaban sometidos durante toda su vida a la esclavitud. 16 Porque, ciertamente, no vino en auxilio de los ángeles, sino que vino en auxilio de la descendencia de Abrahán. 17 Por lo cual debió hacerse en todo semejante a sus hermanos, para convertirse en sumo sacerdote misericordioso y fiel ante Dios, para alcanzar el perdón de los pecados del pueblo. 18 Pues por el hecho de haber sufrido y haber sido probado, está capacitado para venir en ayuda de aquellos que están sometidos a la prueba. |
Evaristo Martín Nieto©