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Génesis 48:10 - Biblia Martin Nieto

Los ojos de Israel estaban tan achacosos por la vejez que apenas podían ver. José se los acercó, y él los abrazó y los besó.

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Biblia Reina Valera 1960

Y los ojos de Israel estaban tan agravados por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él les besó y les abrazó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jacob casi había perdido la vista debido a su avanzada edad y apenas podía ver. Entonces José le acercó a los muchachos, y Jacob los besó y los abrazó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Israel tenía los ojos debilitados por la vejez y no podía ver. Cuando José se los acercó, él los abrazó y los besó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y los ojos de Israel estaban pesados a causa de la vejez, y casi no podía ver. Así pues, los hizo acercarse y los besó y los abrazó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los ojos de Israel se habían debilitado por la vejez y no podía ver. José se los acercó, y él los besó y abrazó.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los ojos de Israel estaban tan agravados de la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él los besó y abrazó.

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Génesis 48:10
13 Tagairtí Cros  

Isaac era ya viejo y se había quedado ciego. Llamó a su hijo mayor, Esaú, y le dijo: '¡Hijo mío!'. 'Aquí estoy', respondió él.


Él se acercó y lo besó. Y cuando Isaac sintió la fragancia de sus vestidos le bendijo así: 'Oh, el olor de mi hijo es como el olor de un campo fértil que el Señor ha bendecido.


Luego besó a todos sus hermanos entre lágrimas. Después de esto sus hermanos quedaron hablando con él.


Israel dijo a José: 'No pensaba ya ver tu rostro, y Dios me ha dado ver también a tu descendencia'.


Israel vio a los dos hijos de José y preguntó: '¿Quiénes son éstos?'.


Eliseo, entonces, dejó los bueyes, corrió detrás de Elías y le dijo: 'Déjame dar un beso a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré'. Elías respondió: 'Anda, vuélvete; pero ten en cuenta lo que he hecho contigo'.


cuando tiemblen los guardianes de la casa, y se encorven los hombres fuertes, y cesen de moler las mujeres porque son demasiado pocas, y pierdan la vista las que miran por las ventanas,


No, la mano del Señor no es demasiado corta para salvar, ni su oído tan duro como para no oír;


Embota el corazón de este pueblo, endurece su oído, ciega sus ojos, de suerte que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda con su corazón, ni se convierta, ni se cure.


Moisés tenía ciento veinte años cuando murió. No se habían apagado sus ojos ni se había debilitado su vigor.


Un día Elí permanecía acostado en su habitación. Sus ojos se habían debilitado y ya no podía ver.


Elí tenía noventa y ocho años, sus ojos se habían quedado fijos y ya no veía.