Génesis 37:20 - Biblia Martin Nieto Vamos a matarlo: lo echamos en una cisterna y luego decimos que una bestia feroz lo devoró. Veremos en qué paran sus sueños'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. Biblia Nueva Traducción Viviente Vamos, matémoslo y tirémoslo en una de esas cisternas. Podemos decirle a nuestro padre: “Un animal salvaje se lo comió”. ¡Entonces veremos en qué quedan sus sueños! Biblia Católica (Latinoamericana) Este es el momento: matémoslo y echémoslo en un pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz lo devoró. ¡Ahí vamos a ver en qué quedan sus sueños!' La Biblia Textual 3a Edicion Ahora pues, vamos, matémoslo y arrojémoslo en una de las cisternas, y digamos que una mala bestia lo devoró. Veremos entonces qué serán sus sueños. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Lo mataremos, lo arrojaremos a una cisterna y diremos que una bestia salvaje le devoró. Veremos así en qué acaban sus sueños'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Venid, pues, ahora; matémoslo y echémoslo en un pozo, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños. |
Judá dijo a sus hermanos: '¿Qué sacamos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre?
Y mandaron a su padre la túnica de mangas largas con estas palabras: 'Esto es lo que hemos encontrado; mira a ver si es o no la túnica de tu hijo'.
Él la reconoció y dijo: '¡Es la túnica de mi hijo! Una bestia feroz lo ha devorado; José ha sido despedazado'.
José dijo a sus hermanos: 'Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?'. Sus hermanos no pudieron responderle, de tan asustados que estaban ante él.
Éste se fue; un león le salió por el camino y lo mató, quedando su cadáver tendido en el camino. El asno y el león se quedaron junto al cadáver.
Él se dio media vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del Señor. Entonces salieron del bosque dos osas y despedazaron a cuarenta y dos de aquellos muchachos.
para herir desde el escondite al inocente, para herirlo por sorpresa y sin ser vistos.
porque sus pies corren hacia el crimen, y se apresuran a derramar sangre;
Los labios sinceros apagan el odio, y el que difunde calumnias es un necio.
Cruel es el furor e impetuosa la ira, pero ¿quién podrá resistir ante la envidia?
El que oculta sus faltas no prosperará, el que las reconoce y las abandona obtendrá misericordia.
los ojos altaneros, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,
Vosotros decís: Hemos firmado un pacto con la muerte, con el abismo hemos hecho un pacto: cuando pase el azote destructor, no nos alcanzará, porque hemos puesto en la mentira nuestro abrigo, nuestro refugio en el engaño.
Si os hablo de cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo me creeríais si os hablara de cosas celestiales?
Nosotros también en otro tiempo fuimos unos locos, desobedientes, descarriados, esclavos de toda clase de concupiscencias y placeres, malos y envidiosos, odiados de todos y odiándonos mutuamente unos a otros.
Cuando alguien encuentra a su enemigo, ¿le deja continuar en paz su camino? Que el Señor te recompense el bien que hoy has hecho conmigo.
Saúl se puso en marcha con tres mil hombres elegidos de Israel para buscar a David en el desierto de Zif.