'El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe a quien me ha enviado.
Filemón 1:17 - Biblia Martin Nieto Si me tienes por amigo, recíbele a él como me recibirías a mí. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que, si me consideras tu compañero, recíbelo a él como me recibirías a mí. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, en vista de la comunión que existe entre tú y yo, recíbelo como si fuera yo. La Biblia Textual 3a Edicion Así que, si me tienes por compañero, acógelo como a mí mismo; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si me tienes, pues, por compañero, recíbelo como a mí mismo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. |
'El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y quien me recibe a mí recibe a quien me ha enviado.
Y el rey les dirá: Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.
Después de haber sido bautizada con toda su familia, nos suplicó: 'Si consideráis que soy fiel al Señor, venid y quedaos en mi casa'. Y nos obligó a ello.
En cuanto a Tito, es compañero y colaborador mío entre vosotros; los otros hermanos son delegados de las iglesias y gloria de Cristo.
Este secreto consiste en que los paganos comparten la misma herencia con los judíos, son miembros del mismo cuerpo y, en virtud del evangelio, participan de la misma promesa en Jesucristo.
Es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os llevo en el corazón, ya que compartís conmigo el privilegio de estar preso y de defender y consolidar el evangelio.
Los que tienen amos creyentes, que no les falten al respeto por ser hermanos en la fe; al contrario, sírvanles mejor, puesto que los que reciben sus servicios son creyentes y hermanos muy queridos. Esto es lo que has de enseñar e inculcar.
te pido un favor para Onésimo, mi hijo querido, al que he engendrado a la fe en mi prisión.
Por eso, hermanos, miembros del pueblo de Dios, partícipes de una vocación celeste, considerad al apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos, a Jesús,
Porque hemos llegado a ser partícipes de Cristo, si seguimos manteniendo inquebrantable hasta el fin nuestra fe inicial.
Mis queridos hermanos, escuchad. ¿No ha elegido Dios a los pobres según el mundo para ser ricos en la fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
A los presbíteros que hay entre vosotros los exhorto yo, presbítero también, testigo de los sufrimientos de Cristo y participante en la gloria que habrá de manifestarse en el futuro:
eso que hemos visto y oído, os lo anunciamos para que estéis unidos con nosotros, como lo estamos nosotros con el Padre y con su Hijo Jesucristo.