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Hechos 16:15 - Biblia Martin Nieto

15 Después de haber sido bautizada con toda su familia, nos suplicó: 'Si consideráis que soy fiel al Señor, venid y quedaos en mi casa'. Y nos obligó a ello.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Ella y los de su casa fueron bautizados, y nos invitó a que fuéramos sus huéspedes. «Si ustedes reconocen que soy una verdadera creyente en el Señor —dijo ella—, vengan a quedarse en mi casa». Y nos insistió hasta que aceptamos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Recibió el bautismo junto con los de su familia, y luego nos suplicó: 'Si ustedes piensan que mi fe en el Señor es sincera, vengan y quédense en mi casa. Y nos obligó a aceptar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y cuando fue bautizada con su familia, nos rogó, diciendo: Si consideráis que soy fiel al Señor, entrad a posar en mi casa. Y nos constriñó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Tras haberse bautizado ella y los de su familia, nos rogó diciendo: 'Si me habéis juzgado fiel al Señor, entrad y quedaos en mi casa'. Y tanto nos insistió que no pudimos negarnos.

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Hechos 16:15
32 Tagairtí Cros  

Pero él insistió tanto que se fueron con él y se hospedaron en su casa. Les preparó comida, coció panes sin levadura y comieron.


Acepta, pues, el regalo que te traigo, porque Dios me ha favorecido y tengo abundancia de todo'. Y tanto porfió que Esaú aceptó.


Un día Eliseo pasaba por Sunán. Vivía allí una mujer distinguida, que le invitó con insistencia a comer. Y en adelante, siempre que pasaba, se paraba allí a comer.


El que recibe a un profeta como profeta recibirá premio de profeta, y el que recibe a un justo como justo recibirá premio de justo;


ellos confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán.


El amo le dijo: Sal por los caminos y cercados, y obliga a la gente a entrar para que se llene la casa.


pero ellos le insistieron, diciendo: 'Quédate con nosotros, porque es tarde y ya ha declinado el día'. Y entró para quedarse con ellos.


el cual, con sus palabras, te traerá la salvación a ti y a tu familia.


Ellos le dijeron: 'Cree en Jesús, el Señor, y te salvarás tú y tu familia'.


A aquellas horas de la noche el carcelero les lavó las heridas, y seguidamente se bautizó él con todos los suyos.


Los subió a su casa, puso la mesa y celebró con toda su familia el haber creído en Dios.


Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia; y muchos de los corintios que habían oído a Pablo creyeron y se bautizaron.


Pero cuando Felipe les habló del reino de Dios y de Jesucristo, hombres y mujeres creyeron en él y se bautizaron.


Y mandó detener el carro. Bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó.


Os saluda Gayo, huésped mío y de toda la comunidad.


He hecho el tonto, pero vosotros me obligasteis. Pues debíais alabarme, ya que en nada les fui en zaga a los más eximios apóstoles, aunque nada soy.


Porque el amor de Cristo nos apremia, pensando que si uno murió por todos, todos murieron con él;


Por consiguiente, siempre que tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, y especialmente a los hermanos en la fe.


Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios, a los consagrados y fieles de Cristo Jesús.


Es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os llevo en el corazón, ya que compartís conmigo el privilegio de estar preso y de defender y consolidar el evangelio.


Si me tienes por amigo, recíbele a él como me recibirías a mí.


No olvidéis la hospitalidad, ya que, gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles.


Por medio de Silvano, a quien tengo por un fiel hermano vuestro, os he escrito estas pocas palabras para exhortaros y aseguraros que la gracia de Dios, en la cual vosotros os mantenéis firmes, es la verdadera


Si alguno os visita y no lleva esta doctrina, no lo recibáis en casa y no le saludéis,


Queridísimo, obras fielmente en todo lo que haces por los hermanos, aunque sean extranjeros;


Es nuestro deber acoger a estos hombres, para ser así cooperadores de la verdad.


Él no quería comer; pero sus servidores y la mujer le insistieron tanto que, por fin, aceptó. Se levantó del suelo y se sentó a la mesa.


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