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2 Samuel 22:24 - Biblia Martin Nieto

Fui para con él irreprochable, y estoy lejos de la injusticia.

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Fui recto para con él, Y me he guardado de mi maldad;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Soy intachable delante de Dios; me he abstenido del pecado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Estaba ante él sin ni un reproche, me cuidaba de cometer cualquier falta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Fui recto para con Él, Y me he guardado de mi maldad;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

soy veraz ante él y me guardo del mal.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y fui íntegro para con Él, y me guardé de mi iniquidad.

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2 Samuel 22:24
14 Tagairtí Cros  

Abrán tenía noventa y nueve años cuando se le apareció el Señor y le dijo: 'Yo soy Dios todopoderoso; procede según mi voluntad y sé perfecto.


Ésta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo, íntegro, y entre sus compañeros seguía los caminos de Dios.


El Señor dijo a Noé: 'Entra en el arca tú con toda tu familia, porque tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación.


Había en el país de Hus un hombre llamado Job, hombre perfecto, íntegro, temeroso de Dios y apartado del mal.


Contra ti, contra ti solo pequé y he hecho lo que tú no puedes ver. Por eso tu sentencia es justa y eres recto en el juicio.


Un día en tus atrios vale más que mil: prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios a vivir en la casa del malvado.


Sobre todas las cosas, vigila tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida.


Jesús vio a Natanael, que se le acercaba, y dijo de él: 'Éste es un israelita auténtico, en el que no hay engaño'.


Sabiendo que debemos respetar al Señor, tratamos de convencer a los hombres, pues somos bien conocidos de Dios, y espero que lo seamos también de vuestras conciencias.


Él nos ha elegido en Cristo antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables a sus ojos.


Y a vosotros, que fuisteis un día extraños y enemigos de corazón y de obra,


ahora, en fin, os ha reconciliado completamente por la muerte de su cuerpo mortal, para presentaros limpios, inmaculados e irreprensibles ante su presencia,


Precisamente por eso también nosotros, envueltos como estamos en una gran nube de testigos, debemos liberarnos de todo aquello que es un peso para nosotros y del pecado, que fácilmente nos seduce, y correr con perseverancia en la prueba que se nos propone,