Salmos 51:6 - Biblia Martin Nieto

⁶ Contra ti, contra ti solo pequé y he hecho lo que tú no puedes ver. Por eso tu sentencia es justa y eres recto en el juicio.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

⁶ He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ Pero tú deseas honradez desde el vientre y aun allí me enseñas sabiduría.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ contra ti, contra ti sólo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice. Por eso en tu sentencia tú eres justo, no hay reproche en el juicio de tus labios.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ He aquí, Tú deseas la verdad en lo íntimo, Por tanto en lo secreto hazme conocer sabiduría.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ Contra ti, contra ti solo he pecado y hecho el mal ante tus ojos: que aparezcas tú justo en tu palabra y se vea tu razón cuando te juzguen.

Salmos 51:6 Tagairtí Cros

2 Samuel 12:13

David dijo a Natán: 'He pecado contra el Señor'. Entonces Natán dijo a David: 'El Señor, por su parte, ha perdonado tu pecado. No morirás.

2 Reyes 20:3

'¡Ay, Señor! Acuérdate de que me he conducido en tu servicio con fidelidad y de todo corazón, y he hecho lo que es justo a tus ojos'. Y Ezequías rompió a llorar amargamente.

1 Crónicas 29:17

Yo sé, Dios mío, que tú sondeas los corazones y amas la rectitud; con rectitud de corazón he hecho yo mis ofrendas, y ahora veo con gozo al pueblo aquí presente comprometerse voluntariamente contigo.

Job 32:8

Mas es un espíritu en el hombre, un soplo del todopoderoso lo que da inteligencia.

Job 38:36

¿Quién infundió sabiduría a las nubes? ¿Quién dio a los meteoros inteligencia?

Salmos 125:4

Haz bien, Señor, a los hombres de bien, a los hombres de recto corazón,

Salmos 15:2

El que vive sin tacha y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón

Salmos 26:2

Examíname, Señor, y ponme a prueba, pasa por el crisol mi corazón y mis riñones;

Salmos 32:5

Te he confesado mi pecado y no oculté mi falta; yo dije: 'Confesaré mis faltas al Señor', y tú me has absuelto de todos mis delitos.

Salmos 41:5

Yo he dicho: 'Señor, ten piedad de mí, cúrame, pues te he ofendido'.

Salmos 5:9

Guíame tú, Señor, por tu justicia, frente a mis opresores, allana tus caminos ante mí.

Proverbios 2:21

Porque los que practican la justicia habitarán la tierra, y los íntegros morarán en ella.

Proverbios 2:6

Porque es el Señor el que da la sabiduría, y de su boca procede la ciencia y la sensatez.

Jeremías 12:1

Muy justo eres tú, Señor, para que yo trate de litigar contigo. No obstante, quiero sólo exponerte un caso: ¿Por qué los malvados prosperan en sus caminos? ¿Por qué viven en paz los traidores?

Jeremías 31:33

Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Jeremías 32:40

Y haré con ellos una alianza eterna: no cesaré de concederles favores, haré que me respeten y que no se aparten más de mí.

Jeremías 5:3

¡Oh Señor!, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú les has herido, y no han acusado el golpe; los has aplastado, y no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como la roca, han rehusado convertirse.

Lucas 11:39

Pero el Señor le dijo: 'Vosotros los fariseos limpiáis por fuera la copa y el plato, pero vuestro interior está lleno de rapiña y de maldad.

Romanos 7:22

En mi interior me agrada la ley de Dios;

2 Corintios 1:12

Nos sentimos orgullosos de que nuestra conciencia nos asegure que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con vosotros, con la sencillez y la sinceridad que Dios da, y no por la sabiduría humana, sino por la gracia de Dios.

Santiago 4:8

acercaos a Dios, y se acercará a vosotros; lavaos las manos, pecadores, purificad vuestros corazones, gentes de alma doble, y reconoced vuestra miseria; llorad y clamad;

1 Pedro 3:4

sino el interior que radica en la integridad de un alma dulce y apacible; eso es lo que tiene valor ante Dios.

1 Samuel 16:7

El Señor dijo a Samuel: 'No consideres su aspecto ni su alta estatura, porque yo lo he descartado. El hombre no ve lo que Dios ve; el hombre ve las apariencias, y Dios ve el corazón'.