El que secuestra a un hombre, para venderlo o para retenerlo, es reo de muerte.
Éxodo 22:4 - Nueva Biblia Española (1975) Si el toro, el burro o el cordero robados se hallan aún vivos en manos del ladrón, éste restituirá el doble. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Si fuere hallado con el hurto en la mano, vivo, sea buey o asno u oveja, pagará el doble. Biblia Nueva Traducción Viviente Si alguien roba un buey o un burro o una oveja, y se encuentra el animal en su poder, entonces el ladrón tendrá que pagar el doble del valor del animal robado. Biblia Católica (Latinoamericana) Si uno deja suelto su ganado para que paste en su chacra o en su viña, y el ganado pasta en campo ajeno, devolverá con lo mejor de su propio campo o de su propia viña. La Biblia Textual 3a Edicion Si lo que hurtó fuera hallado vivo en su poder, sea buey, asno u oveja, con el doble hará restitución. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si un hombre, mientras pastorea, daña un campo o una viña, por dejar que su ganado vaya a pacer en el campo de otro, indemnizará con lo mejor de su campo y lo mejor de su viña. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si el hurto fuere hallado vivo en su mano, ya sea buey, asno u oveja, pagará el doble. |
El que secuestra a un hombre, para venderlo o para retenerlo, es reo de muerte.
Cuando alguien robe un toro o una oveja para matarlo o venderlo, restituirá cinco toros por toro y cuatro ovejas por oveja.
Guando alguien arrase un campo o una viña llevando a su rebaño a pastar en campo ajeno, restituirá con lo mejor de su propio campo o viña.
Cuando alguien confíe en depósito a su prójimo dinero o cualquier otro objeto, y el objeto sea robado de casa de éste, entonces, si se descubre al ladrón, restituirá el doble,
En delitos contra la propiedad, de toro, burro, oveja o capa, o cualquier otro objeto perdido, si uno afirma que el objeto es suyo, se llevará el pleito ante Dios, y aquel a quien Dios declare culpable pagará al otro el doble.
Si le sorprenden, le cobrarán siete veces más, y tendrá que dar toda su fortuna;
hablen al corazón de Jerusalén, grítenle que se ha cumplido su servicio y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble castigo por sus pecados.
Les pagaré el doble por sus culpas y pecados, porque profanaron mi tierra con la carroña de sus execraciones y con sus abominaciones llenaron mí heredad.
Lo restituirá por completo con recargo de un veinte por ciento, y se lo devolverá al propietario al ofrecer el sacrificio penitencial.
Páguenle con su misma moneda, devuélvanle el doble de lo que ha hecho, mézclenle en la copa el doble de lo que ella mezcló.
Samuel añadió: Yo tomo hoy por testigo frente a ustedes al Señor y a su ungido: no me han sorprendido con nada en la mano. Respondieron: Sean testigos.