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Apocalipsis 14:2 - Nueva Biblia Española (1975)

Oí también un fragor que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano y al estampido de un trueno fuerte: era el son de citaristas que tocaban sus cítaras delante del trono,

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Biblia Reina Valera 1960

Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y oí un sonido que venía del cielo, era como el rugido de grandes olas del mar o el retumbar de fuertes truenos. Parecía el sonido de muchos arpistas tocando juntos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Un ruido retumbaba en el cielo, parecido al estruendo de las olas o al fragor del trueno: era como un coro de cantores que se acompañan tocando sus arpas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y oí una voz del cielo, como voz de muchas aguas y como voz de un gran trueno, y la voz que oí era como de citaristas que citareaban sus cítaras.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas y como estampido de gran trueno. La voz que oía era como de citaristas que tocan sus cítaras.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas.

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Apocalipsis 14:2
29 Tagairtí Cros  

David y los israelitas iban danzando ante el Señor con todo entusiasmo, cantando al son de cítaras y arpas, panderos, sonajas y platillos.


Una vez en Jerusalén, desfilaron hasta el templo al son de arpas, cítaras y trompetas.


Entonen la acción de gracias al Señor, toquen la cítara para nuestro Dios:


Alaben su nombre con danzas, tañendo para él panderos y cítaras;


den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas;


y me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi gozo y alegría, te daré gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío.


voy a cantar y a tañer: 'Despierta, gloria mía; despierten, cítara y arpa; despertaré a la aurora'.


con arpas de diez cuerdas y laúdes sobre arpegios de cítaras,


pero más que la voz de aguas caudalosas, más potente que el oleaje del mar, más potente en el cielo es el Señor.


toquen la cítara para el Señor, la cítara con los demás instrumentos:


Al tercer día por la mañana hubo truenos y relámpagos y una nube espesa en el monte, mientras el toque de la trompeta crecía en intensidad, y el pueblo se echó a temblar en el campamento.


Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonar de la trompeta y la montaña humeante. Y el pueblo estaba aterrorizado, y se mantenía a distancia.


El les da un grito, y huyen lejos, empujados como tamo del monte por el viento, como vilanos por el vendaval.


vi. la gloria del Dios de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas; la tierra reflejó su gloria.


El Señor se les aparecerá disparando saetas como rayos, el Señor tocará la trompeta y avanzará entre huracanes del sur.


Ya puedo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles que, si no tengo amor, no paso de ser una campana ruidosa o unos platillos estridentes.


Un domingo me arrebató el Espíritu y oí a mis espaldas una voz vibrante como una trompeta, que decía:


sus pies parecían bronce incandescente en la fragua y era su voz como el estruendo del océano'.


Oyeron entonces una voz potente que les decía desde el cielo: 'Suban aquí'. Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.


Al tocar su trompeta el séptimo ángel se oyeron aclamaciones en el cielo: ¡El reinado sobre el mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Mesías, y reinará por los siglos de los siglos!


Vi también una especie de mar de vidrio mezclado de fuego; en la orilla del mar de vidrio estaban de pie los que habían triunfado de la fiera; de su estatua y de la cifra de su nombre; con cítaras que Dios les había dado


El son de cítaras y músicos, de nautas y trompetas no se oirá más en ti, ni artífices de ningún arte, habrá más en ti, ni murmullo de molino se oirá mas en ti,


Cuando él recibió el rollo, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenía cada uno una cítara y copas de oro, que son las oraciones de los consagrados, llenos de aromas;


En la visión, cuando el Cordero soltó el primero de los siete sellos, oí al primero de los vivientes que decía con voz de trueno: 'Ven'.


Al tocar su trompeta el primero se produjeron granizo y centellas mezclados con sangre y los lanzaron a la tierra: un tercio de la tierra se abrasó, un tercio de los árboles se abrasó y toda la hierba verde se abrasó.