1 Se oye hablar entre nosotros, como si nada, de un caso de inmoralidad, y una inmoralidad tan grande que no se da ni entre los paganos: uno que vive con su madrastra. 2 ¡Y ustedes siguen engreídos en lugar de ponerse de luto y echar de su grupo al que ha-cometido eso! 3 Por lo que a mí toca, ausente con el cuerpo, pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión, como si estuviera presente, respecto al que ha hecho eso; 4 reunidos ustedes -y yo en espíritu en nombre de nuestro Señor Jesús, con el poder de nuestro Señor Jesús 5 entreguen a ese individuo a Satanás; humanamente quedará destrozado, pero la persona se salvará el día del Señor. 6 Ese orgullo de ustedes no viene a cuento, ¿no saben que un poco de levadura fermenta toda la masa? 7 Hagan buena limpieza de la levadura del pasado para ser una masa nueva, conforme a lo que son: panes sin levadura. Porque el Mesías, nuestro cordero pascual, ya fue inmolado; 8 ahora a celebrar la fiesta, pero no con levadura del pasado, no con levadura que es maldad y perversidad, sino con panes sin levadura, que son candor y autenticidad. 9 Les decía en la otra carta que no se juntaran con libertinos. 10 No me refería así en general a los libertinos de este mundo, ni tampoco a los codiciosos y tramposos, ni a los idólatras; para eso tendrían que marcharse del mundo. 11 Lo quede hecho les dije fue que no se juntaran con uno que se llama cristiano y es libertino, codicioso, idólatra, difamador, borracho o tramposo: con uno así ni sentarse a la misma mesa. 12 ¿Es asunto mío juzgar a los de fuera?, ¿no es a los de dentro a quienes juzgan ustedes? 13 A los de fuera los juzga Dios. Echen de su grupo al malvado'. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.