-”No temas, porque Yo estoy contigo; No te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, Sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia”.
¶Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido.
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito.
Él da fuerzas al fatigado, Y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor.
¶Una voz clama: «Preparen en el desierto camino al Señor; Allanen en la soledad calzada para nuestro Dios.
Aun los mancebos se fatigan y se cansan, Y los jóvenes tropiezan y vacilan,
Pero los que esperan en el Señor Renovarán sus fuerzas. Se remontarán con alas como las águilas, Correrán y no se cansarán, Caminarán y no se fatigarán.
¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas».
Y Él me ha dicho: «Te basta Mi gracia, pues Mipoder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
Claman los justos, y el Señor los oye Y los libra de todas sus angustias.
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, Y salva a los abatidos de espíritu.
Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo».
¶Los ojos del Señor están sobre los que le temen, Sobre los que esperan en Su misericordia,
Para librar su alma de la muerte, Y conservarlos con vida en tiempos de hambre.
Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Desde los confines de la tierra te invoco, cuando mi corazón desmaya. Condúceme a la roca que es más alta que yo.
Y a Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros,
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré temor?
el cual nos libró de tan gran peligro de muerte y nos librará, y en quien hemos puesto nuestra esperanza de que Él aún nos ha de librar.
de manera que decimos confiadamente: «El Señor es el que me ayuda; no temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?».
El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; Mi Dios, mi roca en quien me refugio; Mi escudo y el poder de mi salvación, mi altura inexpugnable.
El Señor me librará de toda obra mala y me traerá a salvo a Su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios; Exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.
Digan a los de corazón tímido: «Esfuércense, no teman, Pues su Dios viene con venganza; La retribución vendrá de Dios mismo, Mas Él los salvará».
Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es Aquel que prometió.
¶Aunque yo ande en medio de la angustia, Tú me vivificarás; Extenderás Tu mano contra la ira de mis enemigos, Y Tu diestra me salvará.
Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.
-»Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán, Pero Mi misericordia no se apartará de ti, Y el pacto de Mi paz no será quebrantado», Dice el Señor, que tiene compasión de ti.
Que la paz de Cristo reine en sus corazones, a la cual en verdad fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos.
Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.
Pero para mí, estar cerca de Dios es mi bien; En Dios el Señor he puesto mi refugio Para contar todas Tus obras.
¶«Yo, Yo soy su consolador. ¿Quién eres tú que temes al hombre mortal, Y al hijo del hombre que como hierba es tratado?
-»Me invocará, y le responderé; Yo estaré con él en la angustia; Lo rescataré y lo honraré;
Porque así dice el Alto y Sublime Que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: «Yo habito en lo alto y santo, Y también con el contrito y humilde de espíritu, Para vivificar el espíritu de los humildes Y para vivificar el corazón de los contritos.
Algunos confían en carros y otros en caballos, Pero nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos.
¶Prueben y vean que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia!
prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
El Señor está cerca de todos los que lo invocan, De todos los que lo invocan en verdad.
Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, Y el que te formó, oh Israel: «No temas, porque Yo te he redimido, Te he llamado por tu nombre; Mío eres tú.
Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes,
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
¶¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarlo otra vez Por la salvación de Su presencia.
No necesitan pelear en esta batalla; tomen sus puestos y estén quietos, y vean la salvación del Señor con ustedes, oh Judá y Jerusalén”. No teman ni se acobarden; salgan mañana al encuentro de ellos porque el Señor está con ustedes».
Me darás a conocer la senda de la vida; En Tu presencia hay plenitud de gozo; En Tu diestra hay deleites para siempre.
-»Porque Yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra, Que te dice: “No temas, Yo te ayudaré”.
Por lo demás, hermanos, regocíjense, sean perfectos, confórtense, sean de un mismo sentir, vivan en paz, y el Dios de amor y paz estará con ustedes.
¶Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga, El Dios que es nuestra salvación. (Selah)
Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor En la tierra de los vivientes.
Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos con lo que tienen, porque Él mismo ha dicho: «Nunca te dejaré ni te desampararé»,
Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes».
Jesús, mirándolos, les dijo: «Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible».
¶Alma mía, espera en silencio solamente en Dios, Pues de Él viene mi esperanza.
Solo Él es mi roca y mi salvación, Mi refugio, nunca seré sacudido.
Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
Estén siempre gozosos.
Oren sin cesar.
Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.
Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues lo he de alabar otra vez. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!
-»Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, Y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, Ni la llama te abrasará.
No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres. Fiel es Dios, que no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que puedan resistirla.
Que las misericordias del Señor jamás terminan, Pues nunca fallan Sus bondades;
Son nuevas cada mañana; ¡Grande es Tu fidelidad!
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Confía en el Señor con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento.
Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas.
¶Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento.
El Señor es mi fuerza y mi escudo; En Él confía mi corazón, y soy socorrido; Por tanto, mi corazón se regocija, Y le daré gracias con mi cántico.
-»Dios es mi salvación, Confiaré y no temeré; Porque mi fortaleza y mi canción es el Señor Dios, Él ha sido mi salvación».
Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
Pero los que esperan en el Señor Renovarán sus fuerzas. Se remontarán con alas como las águilas, Correrán y no se cansarán, Caminarán y no se fatigarán.
Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá, y establecerá.
Al Señor he puesto continuamente delante de mí; Porque está a mi diestra, permaneceré firme.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza.
Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados;
perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.
»La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo.
Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquel que está en ustedes que el que está en el mundo.
Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el Señor, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza.
Porque Su ira es solo por un momento, Pero Su favor es por toda una vida. El llanto puede durar toda la noche, Pero a la mañana vendrá el grito de alegría.
Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, Pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.