La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Marcos 4:8 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Pero las otras semillas cayeron en buen terreno. Brotaron, crecieron y produjeron una cosecha que rindió el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero otras semillas cayeron en tierra fértil, y germinaron y crecieron, ¡y produjeron una cosecha que fue treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!».

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Otras semillas cayeron en tierra buena: brotaron, crecieron y produjeron unas treinta, otras sesenta y otras cien.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero otras cayeron en buena tierra, y daban fruto que crecía y se desarrollaba; y producían: una a treinta, otra a sesenta y otra a ciento por uno.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y el resto cayó en tierra buena; fue creciendo y granando, hasta dar fruto que llegó: uno al treinta por uno, otro al sesenta y otro al ciento'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto que brotó y creció; y produjo, una a treinta, otra a sesenta, y otra a ciento por uno.

Ver Capítulo
Otras versiones



Marcos 4:8
21 Referencias Cruzadas  

Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende. Este sí produce una cosecha hasta el cien, el sesenta y el treinta por uno».


Pero las otras semillas cayeron en buen terreno, en el que dio una cosecha que rindió hasta cien, sesenta y treinta veces más de lo que se había sembrado.


Pero otros son como lo sembrado en buen terreno. Oyen la palabra y la aceptan. Por eso producen una cosecha que rinde el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno».


Otra parte de las semillas cayó entre espinos que, al crecer, las ahogaron, de modo que no dieron fruto.


»El que tenga oídos para oír, que oiga», añadió Jesús.


Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, y la retienen. Y, como no dejan de creer en ella, producen una buena cosecha.


Pero otra parte cayó en buen terreno; así que brotó y produjo una cosecha del ciento por uno». Dicho esto, agregó: «El que tenga oídos para oír, que oiga».


»Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto. Separados de mí no pueden ustedes hacer nada.


El que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios reconocerá si mi enseñanza proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.


Estos judíos eran más estudiosos que los de Tesalónica. Así que recibieron el mensaje con mucho interés. Todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.


Es gracias a él que toda la casa, bien armada, se va levantando para llegar a ser un templo santo para el Señor.


Gracias a Jesucristo, ustedes podrán hacer lo bueno y correcto, para que todos den gloria y alabanza a Dios.


que han recibido. Esta buena noticia se está anunciando en todo el mundo y muchos la están aceptando. Así sucedió también con ustedes desde el día en que escucharon del amor inmerecido de Dios y lo aceptaron como verdad.