Marcos 4:41 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Ellos estaban espantados y se decían unos a otros: ―¿Quién es este, que hasta el viento y las olas le obedecen? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen? Biblia Nueva Traducción Viviente Los discípulos estaban completamente aterrados. «¿Quién es este hombre? —se preguntaban unos a otros—. ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!». Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ellos estaban muy asustados por lo ocurrido y se preguntaban unos a otros: '¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?' La Biblia Textual 3a Edicion Y temieron con gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste,° que no sólo el viento, sino también el mar le obedece? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quedaron sumamente atemorizados y se preguntaban unos a otros: '¿Pero quién es éste, que hasta el viento y la mar le obedecen?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y temieron en gran manera, y se decían el uno al otro: ¿Qué clase de hombre es Éste, que aun el viento y el mar le obedecen? |
Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?».
―¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—. ¿Todavía no tienen fe?
La mujer, sabiendo lo que le había sucedido, se acercó temblando de miedo. Se arrojó a los pies de Jesús y le confesó toda la verdad.
La gente estaba sumamente asombrada y decía: «Todo lo hace bien. Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos».
Todos se asustaron y se decían unos a otros: «¿Qué clase de palabra es esta? ¡Con autoridad y poder les da órdenes a los espíritus malignos, y salen!».
―¿Dónde está la fe de ustedes? —les dijo a sus discípulos. Con temor y asombro ellos se decían unos a otros: «¿Quién es este, que manda aun a los vientos y las olas, y le obedecen?».
Así que seamos agradecidos, pues estamos recibiendo un reino que no se puede mover. Que esa gratitud nos haga adorar a Dios con humildad y obediencia, como a él le agrada,
¿Quién no te respetará, oh Señor? ¿Quién no dará la gloria a tu nombre? Solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y te adorarán. Pues todos han podido ver que eres un Dios justo».