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Hechos 28:2 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Los isleños nos trataron con toda clase de atenciones. Encendieron una fogata y nos invitaron a acercarnos, porque estaba lloviendo y hacía frío.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y los naturales nos trataron con no poca humanidad; porque encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y del frío.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

La gente de la isla fue muy amable con nosotros. Hacía frío y llovía, entonces encendieron una fogata en la orilla para recibirnos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Los nativos nos trataron con una cordialidad poco común, encendieron una gran hoguera y nos cuidaron a todos, ya que llovía y hacía frío.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y los nativos° nos trataron con no poca humanidad, porque a causa de la lluvia que caía y del frío, encendieron un fuego y nos recibieron a todos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los nativos tuvieron con nosotros una amabilidad poco frecuente, porque nos recibieron a todos y encendieron una hoguera contra la lluvia que caía y contra el frio.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y los bárbaros nos mostraron no poca humanidad; pues encendiendo un fuego, nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que caía, y a causa del frío.

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Otras versiones



Hechos 28:2
19 Referencias Cruzadas  

Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de mis discípulos menos importantes, les aseguro que no perderá su recompensa».


Como hacía frío, los criados y los guardias hicieron una fogata. Estaban de pie, alrededor del fuego, y Pedro estaba con ellos, calentándose.


Al día siguiente, hicimos una parada en Sidón. El capitán Julio, con mucha amabilidad, le permitió a Pablo visitar a sus hermanos en la fe para que lo atendieran.


Pablo, por su parte, recogió un montón de leña para la fogata. La estaba echando al fuego cuando una víbora que huía del calor le mordió la mano.


Al ver la serpiente colgada de la mano de Pablo, los isleños se pusieron a comentar entre sí: «Sin duda este hombre es un asesino, pues, aunque se salvó del mar, la justicia divina no va a permitir que siga con vida».


Ese es mi deber con todos, sean cultos o incultos, sabios o ignorantes.


Reciban a los cristianos débiles, pero no para entrar en discusiones.


El que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas. Y el que no come de todo no debe criticar al que lo hace, pues Dios lo ha aceptado.


El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la Ley, te condenará a ti. Pues tú, aunque tienes el mandamiento escrito y la circuncisión, no obedeces la Ley.


Pero, si no entiendo el significado de lo que alguien me dice, esa persona pensará que soy un extranjero, y yo pensaré lo mismo de ella.


He pasado muchos trabajos y dificultades, y muchas veces me he quedado sin dormir. He sufrido hambre y sed, y muchas veces me he quedado en ayunas. He sufrido frío y desnudez.


En esta nueva manera de vivir no importa si eres griego o judío, si estás circuncidado o no lo estás, si eres extranjero o un salvaje, si eres esclavo o eres libre. Cristo es todo lo que importa, y él vive en todos nosotros.


No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.