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Colosenses 3:11 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

11 En esta nueva manera de vivir no importa si eres griego o judío, si estás circuncidado o no lo estás, si eres extranjero o un salvaje, si eres esclavo o eres libre. Cristo es todo lo que importa, y él vive en todos nosotros.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 En esta vida nueva no importa si uno es judío o gentil, si está o no circuncidado, si es inculto, incivilizado, esclavo o libre. Cristo es lo único que importa, y él vive en todos nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Ahí no se hace distinción entre judío y griego, pueblo circuncidado y pueblo pagano; ya no hay extranjero, bárbaro, esclavo u hombre libre, sino que Cristo es todo en todos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 donde no hay griego ni judío, circuncisión o incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo o libre, sino que el Mesías es todo y en todos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 donde no hay ya griego ni judío; circuncisión ni incircuncisión; bárbaro, escrita, esclavo, libre; sino que Cristo es todo en todos.

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Colosenses 3:11
54 Referencias Cruzadas  

Le contestó Jesús: ―El que me ama obedecerá mi palabra. Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos nuestra morada en él.


»Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto. Separados de mí no pueden ustedes hacer nada.


Yo estoy en ellos y tú estás en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad. De esta manera el mundo reconocerá que tú me enviaste. Además, sabrán que los has amado a ellos tal como me has amado a mí.


Cuando lo haga, el resto de la humanidad buscará al Señor. Lo buscarán todas las naciones que me pertenecen.


Los isleños nos trataron con toda clase de atenciones. Encendieron una fogata y nos invitaron a acercarnos, porque estaba lloviendo y hacía frío.


Al ver la serpiente colgada de la mano de Pablo, los isleños se pusieron a comentar entre sí: «Sin duda este hombre es un asesino, pues, aunque se salvó del mar, la justicia divina no va a permitir que siga con vida».


Ese es mi deber con todos, sean cultos o incultos, sabios o ignorantes.


No hay diferencia entre judíos y no judíos. El mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a todos los que piden su ayuda.


Dios declara como justos a todos los que creen en Jesucristo. De hecho, Dios no hace diferencia,


Dios no solo es Dios de los judíos, también es Dios de los no judíos. Sí, de ellos también,


Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para formar un solo cuerpo —ya seamos judíos o no judíos, esclavos o libres—. A todos se nos hizo compartir un mismo Espíritu.


Pero, si no entiendo el significado de lo que alguien me dice, esa persona pensará que soy un extranjero, y yo pensaré lo mismo de ella.


Para nada cuenta estar o no estar circuncidado. Lo que importa es cumplir los mandatos de Dios.


Lo que yo era antes fue crucificado con Cristo, y ya no soy esa persona, sino que Cristo vive en mí. Ahora vivo en este cuerpo confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.


Gracias a lo que Cristo Jesús hizo por nosotros, ya no importa si estamos o no circuncidados. Lo que importa es creer en Cristo y que esa fe nos lleve a amar a los demás.


Y, al igual que el cuerpo no está completo sin la cabeza, la iglesia no está completa sin Cristo. Porque él es quien hace que todo sea completo.


Porque gracias a Cristo ahora estamos en paz con todos. Judíos y no judíos somos un solo pueblo, pues, al morir en la cruz, Cristo derribó el muro de enemistad que nos separaba.


Así dejó sin valor los mandamientos y reglas de la Ley, para que unidos a él los dos pueblos seamos una nueva humanidad viviendo en paz.


Le pido además que los llene de fe, para que Cristo viva en sus corazones. Que así como un árbol de raíces profundas se mantiene firme, ustedes se mantengan confiando firmemente en el amor de Dios.


Según ese plan, los no judíos, junto con Israel, tienen el derecho de recibir las ricas bendiciones de Dios. Son parte de un mismo pueblo y participan de las promesas de Dios. Todo eso, gracias a Cristo Jesús y por aceptar el mensaje de la buena noticia.


Pues deben saber que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho, sea esclavo o sea libre.


Gracias a él, a ustedes no les falta nada, porque Cristo está por encima de todo gobierno y autoridad.


Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y nosotros somos amigos de su Hijo Jesucristo, quien es el Dios verdadero y nos da vida eterna.


Todo el que se desvía de la enseñanza de Cristo y no la obedece se aleja de Dios. En cambio, el que la obedece se acerca más al Padre y al Hijo.


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