Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».
Hebreos 3:7 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Por eso, como dice el Espíritu Santo: «Si ustedes oyen hoy la voz de Dios, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, Biblia Nueva Traducción Viviente Por eso el Espíritu Santo dice: «Cuando oigan hoy su voz, Biblia Católica (Latinoamericana) Escuchemos lo que dice el Espíritu Santo: Ojalá escuchen hoy la voz del Señor;' La Biblia Textual 3a Edicion Por lo cual, así como dice el Espíritu Santo: Hoy, si oís su voz, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso, como dice el Espíritu Santo, Sii escucháis hoy su voz, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, |
Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy contento con él. ¡Escúchenlo!».
―Entonces, ¿cómo es que David, hablando por el Espíritu, lo llama “Señor”? Él afirma:
David mismo, hablando por el Espíritu Santo, declaró: »“Dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’ ”.
Tengo otras ovejas que no son de este redil y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El portero le abre la puerta, y las ovejas oyen su voz. Llama por nombre a las ovejas y las saca del redil.
Les aseguro que ya viene la hora, y ha llegado ya, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios. Y los que la oigan vivirán.
«Hermanos en la fe, tenía que cumplirse lo indicado en la Escritura. Por medio de David, el Espíritu Santo había revelado lo que haría Judas, quien sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús.
No pudieron ponerse de acuerdo entre ellos. Y, cuando comenzaron a marcharse, Pablo solo dijo lo siguiente: «El Espíritu Santo tenía razón cuando les habló a sus antepasados. Por medio del profeta Isaías, les dijo:
Más bien, mientras aún haya oportunidad de escuchar su voz, anímense unos a otros cada día. Así ninguno de ustedes se volverá rebelde, engañados por el pecado.
Como se acaba de decir: «Si ustedes oyen hoy su voz, no sean tercos como sucedió cuando los israelitas desobedecieron».
Por eso, Dios volvió a fijar un día, que es «hoy». Y lo dice por medio de David, mucho tiempo después, como ha sido ya citado: «Si ustedes oyen hoy su voz, no sean tercos».
Con esto el Espíritu Santo quiere darnos esta enseñanza: mientras el primer santuario aún exista como lugar de adoración, el paso hacia el Lugar Santísimo no está abierto a todos.
Pues los profetas nunca hablaron por su propia voluntad. Al contrario, los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo.
Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él y él, conmigo.