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1 Corintios 16:22 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

Si alguno no ama al Señor, vivirá bajo maldición. ¡Marana ta!, que significa, «¡Ven, Señor!».

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si alguien no ama al Señor, tal persona es maldita. Señor nuestro, ¡ven!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Maldito sea el que no ama al Señor. ¡Maran atha! ¡Ven, Señor

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Si alguno no ama al Señor,° sea anatema!° ¡Maran-atha!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El que no ama al Señor, sea anatema. Marana tha.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. Maranata.

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Otras versiones



1 Corintios 16:22
32 Referencias Cruzadas  

»El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no merece ser mi seguidor. El que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no merece ser mi seguidor.


»Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.


¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará. Y yo también lo amaré y me mostraré a él».


Le contestó Jesús: ―El que me ama obedecerá mi palabra. Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos nuestra morada en él.


He hecho entre ellos obras que ningún otro antes ha realizado. Si no las hubiera hecho, no serían culpables de pecado. Pero ahora las han visto y, sin embargo, a mí y a mi Padre nos han odiado.


Él me dará la gloria porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.


―Si Dios fuera su Padre —les contestó Jesús—, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me envió.


Se presentaron entonces ante los jefes de los sacerdotes y los líderes, y les dijeron: ―Nosotros hemos jurado bajo maldición no comer nada hasta que logremos matar a Pablo.


Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mi propio pueblo, los de mi propia raza.


Por eso les digo que nadie que esté hablando guiado por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús. Tampoco nadie puede decir: «Jesús es el Señor» si no es guiado por el Espíritu Santo.


Gracias a lo que Cristo Jesús hizo por nosotros, ya no importa si estamos o no circuncidados. Lo que importa es creer en Cristo y que esa fe nos lleve a amar a los demás.


Que el amor inmerecido de Dios llene a todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor eterno.


Que todos puedan ver la amabilidad de ustedes. El regreso del Señor está cerca.


Porque Dios no es injusto como para olvidarse de lo que ustedes han hecho y del amor que le tienen él. Amor que ustedes le han demostrado al haber servido, y seguir sirviendo, a los creyentes.


Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que no lo han visto. Aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo tan grande y maravilloso que no se puede describir con palabras.


Para ustedes, que creen, esta piedra es preciosa. En cambio, para los que no creen: «la piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra principal».


Nosotros amamos porque él nos amó primero.


Todo el que cree que Jesús es el Cristo es un hijo de Dios. Y todo el que ama al Padre también ama a sus hijos.


El que anuncia estas cosas dice: «Sí, vengo pronto». Amén. ¡Ven, Señor Jesús!