El Señor dijo a Moisés: «Ve a hablar con el faraón. En realidad, soy yo quien ha endurecido el corazón del faraón y sus funcionarios, para realizar entre ellos mis señales milagrosas.
Éxodo 7:14 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 El Señor dijo a Moisés: «El corazón del faraón se ha endurecido y se niega a dejar salir al pueblo. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego el Señor le dijo a Moisés: «El corazón del faraón es obstinado, y todavía se niega a dejar salir al pueblo. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé dijo a Moisés: 'Faraón porfía en negarse a que salga el pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces dijo YHVH a Moisés: el corazón de Faraón se ha vanagloriado de no dejar libre al pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Yahveh a Moisés: 'Duro es el corazón del Faraón; se ha negado a dejar partir al pueblo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. |
El Señor dijo a Moisés: «Ve a hablar con el faraón. En realidad, soy yo quien ha endurecido el corazón del faraón y sus funcionarios, para realizar entre ellos mis señales milagrosas.
Pero el Señor endureció el corazón del faraón y este no dejó que los israelitas se fueran.
Pero el Señor endureció el corazón del faraón, y este no quiso dejarlos ir,
Yo sé bien que el rey de Egipto no va a dejarlos ir, a no ser por la fuerza.
Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo para que me rinda culto, pero tú no has querido dejarlo ir. Por lo tanto, voy a quitarle la vida a tu primogénito”».
A pesar de esto, y tal como lo había advertido el Señor, el corazón del faraón se endureció y no les hizo caso.
Ve a verlo por la mañana, cuando salga a bañarse. Espéralo a orillas del río Nilo y sal luego a su encuentro. No dejes de llevar la vara que se convirtió en serpiente.
Las ranas se apartarán de ti y de tus casas, de tus funcionarios y de tu pueblo, y se quedarán únicamente en el Nilo.
Pero en cuanto el faraón experimentó alivio, endureció su corazón y, tal como el Señor lo había advertido, ya no quiso saber nada de Moisés ni de Aarón.
Pero en cuanto vio el faraón que habían cesado la lluvia, el granizo y los truenos, reincidió en su pecado. Tanto él como sus funcionarios endurecieron sus corazones.
Envió el faraón gente a ver los ganados de los israelitas y se encontraron con que ni un solo animal había muerto. Sin embargo, el faraón había endurecido su corazón y no quiso dejar ir al pueblo.
¿Se niegan y se rebelan? ¡Serán devorados por la espada!». El Señor mismo lo ha dicho.
¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado? ¿Por qué persiste Jerusalén en su apostasía? Se aferran al engaño y no quieren volver a mí.
Tú, Jeremías, vives en medio de engañadores, que por su engaño no quieren reconocerme», afirma el Señor.
Para no oír la Ley ni las palabras que por medio de los antiguos profetas el Señor de los Ejércitos había enviado con su Espíritu; endurecieron su corazón como el diamante. Por lo tanto, el Señor de los Ejércitos se llenó de ira.
Pero Sijón, rey de Hesbón, se negó a dejarnos pasar por allí, porque el Señor nuestro Dios había puesto obstinación en su espíritu y lo había puesto terco, para hacerlo súbdito nuestro, como lo es hasta hoy.
Tengan cuidado de no rechazar al que habla, pues si no escaparon aquellos que rechazaron al que los amonestaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si le volvemos la espalda al que nos amonesta desde el cielo.
¿Por qué se van a obstinar como lo hicieron los egipcios y el faraón? ¿No es cierto que Dios tuvo que hacerles daño para que dejaran ir a los israelitas?