Como tres meses después, le informaron a Judá lo siguiente: ―Tu nuera Tamar se ha prostituido, y como resultado de sus andanzas ha quedado embarazada. ―¡Sacadla y quemadla! —exclamó Judá.
2 Samuel 12:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Tan grande fue el enojo de David contra aquel hombre, que le respondió a Natán: ―¡Tan cierto como que el Señor vive, que quien hizo esto merece la muerte! Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces David se puso furioso. —¡Tan cierto como que el Señor vive —juró—, cualquier hombre que haga semejante cosa merece la muerte! Biblia Católica (Latinoamericana) David se enojó mucho con ese hombre y dijo a Natán: 'Por Yavé que vive, el hombre que hizo eso merece la muerte. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el furor de David se encendió en gran manera contra aquel hombre y dijo a Natán: ¡Vive YHVH, que el hombre que hizo tal cosa es digno de muerte! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se encendió sobremanera la cólera de David contra aquel hombre, y dijo a Natán: '¡Por vida de Yahveh, que el que tal hizo es reo de muerte! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. |
Como tres meses después, le informaron a Judá lo siguiente: ―Tu nuera Tamar se ha prostituido, y como resultado de sus andanzas ha quedado embarazada. ―¡Sacadla y quemadla! —exclamó Judá.
Pero sucedió que un viajero llegó de visita a casa del hombre rico y, como este no quería matar ninguna de sus propias ovejas o vacas para darle de comer al huésped, le quitó al hombre pobre su única ovejita.
Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.
¡El Señor y Salvador de Israel me es testigo de que, aunque el culpable sea mi hijo Jonatán, morirá sin remedio! Nadie se atrevió a decirle nada.
Mientras el hijo de Isaí viva en esta tierra, ¡ni tú ni tu reino estaréis seguros! Así que manda a buscarlo, y tráemelo, pues está condenado a morir.
¡Lo que has hecho no tiene nombre! Tan cierto como que el Señor vive, que vosotros merecéis la muerte por no haber protegido a vuestro rey, el ungido del Señor. A ver, ¿dónde están la lanza del rey y el jarro de agua que estaban a su cabecera?