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El hermano Antonio Pérez comparte un poderoso testimonio acerca del poder de Dios. Desahuciado por los médicos y con un diagnóstico de tan solo 3 meses de vida, Dios le levantó de la cama para manifestar al mundo su poder sanador.
Antonio creció dentro de una familia inconversa; desde niño siempre se caracterizó por tener una conducta desobediente y rebelde.
Aceptó a Jesús en su corazón a temprana edad, y desde el momento en que lo recibió su vida empezó a cambiar; se alejó de todo cuanto le hacía daño y comenzó a tener experiencias con el Espíritu Santo de Dios.
Esto fue un hecho que no gustó mucho a su padre, quien le hacía piedra de tropiezo a Antonio para que buscara de Dios.
No obstante, una enfermedad terminal llevaría a toda la familia de Antonio, incluido su papá a conocer a un Dios grande y maravilloso para quien no existe nada imposible.
Le fue diagnosticado cáncer en un testículo, los médicos le dieron solo tres meses de vida debido al avance del tumor que se estaba esparciendo por su cuerpo, pero en medio de su desesperación Antonio clamaba a Dios por su sanidad.
Fue intervenido de emergencia y salió airoso de la operación, además de tener que pasar un proceso de quimios. Durante todo este proceso Antonio vio la mano de Dios obrando en su vida de una manera sorprendente.
