Isaías 64 - Biblia Martin Nieto1 como el fuego inflama las ramas secas, como el fuego hace hervir el agua, para manifestar tu nombre a tus enemigos y hacer temblar a las naciones ante ti, 2 realizando maravillas inesperadas 3 de las que nadie jamás había sabido! Ni oído alguno oyó, ni ojo alguno vio jamás, fuera de ti, un Dios que hiciera tanto con quien confía en él. 4 Tú sales a recibir a los que practican la justicia y tienen en la mente tus caminos. Te has irritado, sí, porque pecamos; contra ti, desde antiguo, hemos sido rebeldes. 5 Todos nosotros éramos inmundicias, y todas nuestras obras buenas como un lienzo manchado. Todos hemos caído como hojas, y nuestras iniquidades nos barren como el viento. 6 No hubo nadie que invocara tu nombre, que despertara para apoyarse en ti, pues tú habías escondido tu rostro de nosotros y nos habías dejado a merced de nuestras iniquidades. 7 Y sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos la arcilla y tú nuestro alfarero, todos somos obra de tus manos. 8 No te irrites sin medida, Señor, no recuerdes siempre nuestras culpas. Pues, mira, tu pueblo somos todos nosotros. 9 Tus santas ciudades han quedado hechas un desierto; Sión está desierta, Jerusalén es una desolación. 10 Nuestro templo santo y glorioso, donde te alabaron nuestros padres, ha sido devorado por el fuego, y todo lo que hacía nuestras delicias está en ruinas. 11 ¿Vas a ser insensible a todo esto, Señor, seguirás aún callado para humillarnos sin medida? |
Evaristo Martín Nieto©