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Lucas 7:37 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, cuando se enteró de que Jesús estaba comiendo en la casa del fariseo, le llevó un frasco de perfume de alabastro muy caro,

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando cierta mujer de mala vida que vivía en la ciudad se enteró de que Jesús estaba comiendo allí, llevó un hermoso frasco de alabastro lleno de un costoso perfume.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En aquel pueblo había una mujer conocida como una pecadora; al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, tomó un frasco de perfume, se colocó detrás de él, a sus pies,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y he aquí una mujer que era pecadora en la ciudad, al enterarse de que estaba reclinado a la mesa en la casa del fariseo, llevó un frasco° de alabastro lleno° de perfume,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y en esto, una mujer pecadora que había en la ciudad, al saber que él estaba comiendo en la casa del fariseo, llevó consigo un frasco de alabastro lleno de perfume,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento,

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Lucas 7:37
18 Tagairtí Cros  

¿Cuál de los dos hijos hizo la voluntad del padre? Entonces ellos respondieron: – El primero. Jesús les contestó: – En verdad les digo que los pecadores, como los cobradores de impuestos y las prostitutas, entrarán más fácil que ustedes en el reino de Dios, si se arrepienten; pero ustedes, por su religiosidad se vuelven soberbios.


El cobrador de impuestos, en cambio, estaba en la parte de atrás, de pie, no quería ni siquiera alzar sus ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: “¡Oh Señor, ten misericordia de mí que soy pecador!”.


Todos empezaron a criticar, diciendo: – Jesús va a hospedarse en la casa de un pecador.


Los maestros de la ley y los fariseos criticaban a los discípulos de Jesús diciendo: – ¿Por qué comen y beben con los cobradores de impuestos y pecadores?


No he venido a llamar a los que se creen justos, y sí a los pecadores, para que cambien su manera de pensar y así cambien su manera de vivir.


Vino el Hijo del Hombre que come y bebe y ustedes dicen: “Miren, es glotón, borracho y amigo de los cobradores de impuestos y de los pecadores”.


Uno de los fariseos invitó a Jesús para que comiese en su casa; y cuando entró en la casa del fariseo, se sentó a la mesa.


María fue la que ungió al Señor Jesús con perfume y secó los pies del maestro con sus cabellos, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo.


Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego, y le dijeron: – Está bien que des gloria a Dios por tu sanidad; pero nosotros sabemos que ese hombre llamado Jesús es pecador.


Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a este lo escucha.


en cambio, Dios nos demostró su amor sacrificial en que Cristo murió por nosotros aun cuando éramos pecadores.


Palabra fiel y digna de toda aceptación: que Cristo Jesús llegó al mundo para salvar a los pecadores yo siendo el principal de ellos.


también sabemos que el objetivo de la ley no es para los buenos, más bien es para corregir a los que la incumplen: los malos, los desobedientes, los impíos, los pecadores, los crueles, los profanos, los asesinos de sus padres, los homicidas,


Pues como dice la Escritura: “¿Si el justo a duras penas se salva, que será del impío o del pecador?”.