así como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y entregar su vida para rescatar a muchos.
Juan 11:51 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que siendo el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; Biblia Nueva Traducción Viviente No dijo eso por su propia cuenta; como sumo sacerdote en aquel tiempo, fue guiado a profetizar que Jesús moriría por toda la nación. Biblia Católica (Latinoamericana) Estas palabras de Caifás no venían de sí mismo, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, profetizó en aquel momento; Jesús iba a morir por la nación;' La Biblia Textual 3a Edicion Pero esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero esto no lo dijo por su cuenta; sino que, como era sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y esto no lo dijo de sí mismo; sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; |
así como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y entregar su vida para rescatar a muchos.
como yo también conozco al Padre íntimamente y Él me conoce; y consecuentemente pongo mi vida por mis ovejas.
Entonces Caifás, sumo sacerdote en aquel año, les dijo: – Ustedes no saben nada;
y condujeron a Jesús donde Anás; ya que él era el suegro de Caifás, el sumo sacerdote de turno en aquel año.
Si tengo el don de profecía y conozco todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo toda la fe que logra trasladar montañas, pero no tengo amor sacrificial, nada soy.
Cristo no conoció el pecado, pero a favor de nosotros se hizo pecado, para que nosotros tuviéramos nuestra identidad justificada delante de Dios.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, e inclusive se hizo maldición en favor de nosotros, pues había sido escrito: “Maldito todo aquel que esté colgado en un madero”.
Él llevó nuestros pecados en su propio cuerpo a la cruz, a fin de destruir nuestros pecados, para que vivamos en su justicia; porque fuimos sanados por medio de sus heridas.
También Cristo, murió por nuestros pecados una vez, un justo dando vida a los injustos, con el propósito de conducir a los inconversos a Dios, habiendo sufrido la muerte en la carne, pero viviendo en el Espíritu.
Él perdona nuestros pecados, no solamente los nuestros, sino los pecados del mundo entero.