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Apocalipsis 22:3 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Ya no existirá más maldición, y el trono de Dios y del Cordero siempre estará en la ciudad, y sus siervos le rendirán culto;

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Biblia Reina Valera 1960

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ya no habrá más maldición sobre ninguna cosa, porque allí estará el trono de Dios y del Cordero, y sus siervos lo adorarán.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No habrá ya maldición alguna; el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus servidores le rendirán culto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y ya no habrá más maldición,° sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ya no habrá anatema contra nadie, se asentará en ella el trono de Dios y del Cordero. Sus siervos le darán culto,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán;

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Apocalipsis 22:3
20 Tagairtí Cros  

Le dijo el patrón al empleado: “¡Lo has hecho muy bien, eres un buen y fiel empleado, sobre lo poco has sido fiel, te pondré para que administres muchas cosas, entra a vivir la vida plena que tu Señor comparte contigo!”


Entonces el rey dirá a los que están a su izquierda: “Apártense de mí hacedores de maldad, vayan a la condenación eterna que ha sido preparada para el diablo y sus seguidores.


Si alguno me sigue, tiene que servirme, y donde esté yo, ahí también estará mi servidor; y si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.


Si Dios será glorificado en Él, también Dios lo glorificará en Él mismo, y lo hará muy pronto.


Si me voy y preparo un lugar para ustedes, vendré nuevamente y me los llevaré, con el propósito de que donde yo esté, ustedes también estén.


Padre, deseo de todo corazón que donde yo esté, estén conmigo los creyentes que me diste, para que ellos vean mi gloria, la misma gloria que Tú me diste, ya que Tú me amaste antes de la creación del mundo.


Proclamaban a gran voz: “¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!”.


Después de esto, vi aparecer una gran multitud de personas provenientes de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de ropa blanca y sosteniendo ramas de palmas en sus manos.