Pero cuando el rey Joacim, los oficiales del ejército y los dignatarios oyeron lo que decía, el rey envió a matarlo. Urías se enteró de la orden y huyó a Egipto.
Mateo 10:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes que yo haya regresado: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando los persigan en una ciudad, huyan a la siguiente. Les digo la verdad, el Hijo del Hombre regresará antes de que hayan llegado a todas las ciudades de Israel. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. En verdad les digo: no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo: No terminaréis de recorrer° las ciudades de Israel, hasta que venga el Hijo del Hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando os persigan en una ciudad huid a otra; porque os aseguro: antes de que acabéis de recorrer las ciudades de Israel vendrá el Hijo del hombre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo: No acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, sin que haya venido el Hijo del Hombre. |
Pero cuando el rey Joacim, los oficiales del ejército y los dignatarios oyeron lo que decía, el rey envió a matarlo. Urías se enteró de la orden y huyó a Egipto.
Yo, el Hijo del hombre, vendré con los ángeles en la gloria de mi Padre y juzgaré a cada persona según sus obras.
Y algunos de los que están aquí ahora mismo no morirán sin verme venir en mi reino.
Cuando los visitantes ya habían partido, un ángel del Señor se le apareció a José en sueños y le dijo: «Levántate y huye a Egipto con el niño y su madre, y quédate allá hasta que yo te avise, porque el rey Herodes va a buscar al niño para matarlo».
»Yo les enviaré profetas, hombres llenos del Espíritu y escritores inspirados, pero a algunos los crucificarán, a otros les destrozarán las espaldas a latigazos en las sinagogas, y a los demás los perseguirán de ciudad en ciudad.
¡Los juicios acumulados a través de los siglos caerán sobre esta generación!
porque mi venida será tan visible como un relámpago que cruza el cielo de este a oeste.
Entonces aparecerá en el cielo la señal de mi venida, y el mundo entero se ahogará en llanto al verme llegar en las nubes del cielo con poder y gran gloria.
»Por lo tanto, manténganse vigilantes, porque no saben cuándo ni a qué hora he de regresar.
―Sí —le respondió Jesús—. Soy el Mesías. Y un día me verás a mí, el Hijo del hombre, sentado a la derecha de Dios y regresando en las nubes del cielo.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria.
Yo les aseguro que él les hará justicia sin tardar. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe en la tierra?».
Entonces verán al Hijo del hombre que viene en una nube con gran poder y gloria.
Después de esto, Jesús andaba por Galilea. No quería ir a Judea porque allí los judíos lo esperaban para matarlo.
Aquella misma noche los hermanos mandaron para Berea a Pablo y a Silas. En Berea, como de costumbre, se fueron a predicar a la sinagoga.
Los hermanos se movilizaron inmediatamente y mandaron a Pablo para la costa. No obstante, Silas y Timoteo se quedaron.
Después que cesaron los disturbios, Pablo mandó buscar a los discípulos y, cuando los hubo animado, se despidió de ellos y salió hacia Macedonia.
Y Saulo estaba de acuerdo en que asesinaran a Esteban. Aquel mismo día, una gran ola de persecución se levantó contra los creyentes y barrió la iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, huyeron a Judea y Samaria.