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Lucas 14:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»El sirviente regresó y le contó todo esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y le dijo al sirviente: “Ve pronto por las calles y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos”.

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Biblia Reina Valera 1960

Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»El sirviente regresó y le informó a su amo lo que le habían dicho. Su amo se puso furioso y le dijo: “Ve rápido a las calles y callejones de la ciudad e invita a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al regresar, el sirviente se lo contó a su patrón, que se enojó. Pero dijo al sirviente: 'Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad y trae para acá a los pobres, a los inválidos, a los ciegos y a los cojos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y presentándose el siervo, informó estas cosas a su señor. Entonces enojado, el amo de casa dijo a su siervo: ¡Sal pronto por las plazas y calles de la ciudad y mete acá a los pobres, y a los mancos, y a los ciegos, y a los cojos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Volvió el criado y le refirió a su señor estas cosas. Entonces el amo de casa se enfureció y dijo a su criado: 'Sal inmediatamente por las plazas y las calles de la ciudad, y a los pobres y tullidos y ciegos y cojos tráelos aquí'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y mete acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.

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Lucas 14:21
38 Tagairtí Cros  

Bésenle los pies, antes que se encienda su ira y perezcan en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡Dichosos los que en él buscan el refugio!


Estoy ardiendo de fiebre y todo mi cuerpo está enfermo.


Caídas están las velas de los enemigos, en mástiles quebrados y jarcias inútiles. El pueblo de Dios se repartirá los tesoros de ellos; hasta los cojos obtendrán su parte del botín.


los cojos saltarán como el ciervo y los mudos gritarán y cantarán. Entonces brotarán fuentes en los páramos y arroyos en el desierto,


¡Corran arriba y abajo por todas las calles de Jerusalén; busquen con cuidado por todas partes para ver si pueden hallar siquiera una persona justa y honrada! Si encuentran aunque sea una, no destruiré la ciudad.


Eso puso fin al pacto. Entonces los que miraban comprendieron que Dios les daba un mensaje por medio de lo que hice.


Así que tomé dos varas de pastor y las llamé «Gracia» y «Unión», y apacenté las ovejas, es decir, a la gente más desprotegida del pueblo, en la forma que se me había ordenado.


Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar.


Cuéntenle que los ciegos ven, los paralíticos andan, los leprosos se curan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y que anuncio las buenas nuevas a los pobres.


Los discípulos se le acercaron y le dijeron: ―Los fariseos se ofendieron por esas palabras.


Los amigos del encarcelado, entristecidos, acudieron al rey y le contaron lo sucedido.


“Porque nadie nos ha contratado”, le responden. “Pues váyanse a trabajar a mi finca, y les pagaré lo que sea justo”.


Lo mejor es que cuando des un banquete, invites a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.


Y otro dijo: “Acabo de casarme y no puedo ir”.


Poco después, el siervo volvió a decirle: “Señor, ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar”.


Les aseguro que ninguno de los primeros invitados disfrutará de mi cena”».


Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente.


Cuando los apóstoles regresaron, le contaron a Jesús lo que habían hecho. Él se los llevó sólo a ellos a un pueblo llamado Betsaida.


Entonces Jesús dijo: ―Yo he venido a este mundo para juzgarlo. Para que los ciegos vean, y para que se queden ciegos los que ven.


Obedezcan a sus líderes y sométanse a ellos, porque los cuidan a ustedes como quienes tienen que rendir cuentas. Obedézcanlos para que ellos cumplan su trabajo con alegría y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ningún provecho.


¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos esta gran salvación? El Señor anunció primero esta salvación y luego nos fue confirmada por los que la oyeron.


Escuchen, hermanos queridos: Dios ha escogido a los que son pobres según el mundo, para que sean ricos en fe y reciban como herencia el reino que él prometió a quienes lo aman.


De la boca salía una espada aguda con la que herirá a las naciones, a las que gobernará con puño de hierro. Él exprimirá uvas en el lagar del furor y la ira del Dios Todopoderoso.


El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven». Y el que oye también diga: «Ven». Y el que tenga sed, venga; y el que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.


Él levanta al pobre desde el polvo, desde el montón de cenizas, y lo sienta entre los príncipes ubicándolo en un lugar de honor. »Porque el Señor tiene dominio sobre la tierra.


Los mensajeros de David regresaron y le dijeron lo que Nabal les había dicho.