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Juan 6:37 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que viene a mí, no lo rechazo.

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Biblia Reina Valera 1960

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sin embargo, los que el Padre me ha dado vendrán a mí, y jamás los rechazaré.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a mí, y yo no rechazaré al que venga a mí,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, de ningún modo° lo echo fuera,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que viene a mí no lo echaré fuera.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, yo no le echo fuera.

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Juan 6:37
30 Tagairtí Cros  

Él escuchará las oraciones de los desamparados, y no rechazará sus ruegos.


Cuando vayas a la guerra, tu pueblo te apoyará gustoso; tu traje de guerra será un traje de gala, y tu fuerza se renovará día tras día como el rocío de la mañana.


Te he llamado desde los confines de la tierra y he dicho que sólo a mí has de servir, pues yo te he elegido y no te desecharé.


No quebrará la caña maltratada, ni apagará la llama vacilante. Se encargará de que se haga plena justicia a las víctimas de injusticia,


Los que siempre buscan hacer el mal, que abandonen sus malos pensamientos y ese estilo de vida, y vuélvanse al Señor, pues él siempre está dispuesto a perdonarlos; el Señor es un Dios compasivo.


Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar.


Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas que realizarán milagros extraordinarios con los cuales tratarán de engañar aun a los escogidos de Dios.


Voy a estar por muy poco tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti. »Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que estén unidos así como tú y yo.


Pues tú le has dado autoridad sobre todas las personas para que él les dé vida eterna a todos los que le diste.


»Padre, quiero que los que tú me has dado, estén conmigo donde yo estoy. Así, ellos verán mi gloria, la gloria que me has dado porque tú me amaste desde antes que el mundo fuera creado.


»A los que me diste del mundo les he mostrado quién eres. Ellos eran tuyos y tú me los diste y ellos han obedecido tu palabra.


Y esta es la voluntad del que me envió: que no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el día final,


―A eso me refería cuando les dije que nadie puede venir a mí, a menos que el Padre se lo permita.


Ellos le respondieron: ―Tú, que desde que naciste eres un pecador, ¿vas a darnos lecciones a nosotros? Y lo echaron de allí.


La ley vino después para que aumentara el pecado; pero si el pecado aumentó muchísimo, mucho mayor ha sido el amor gratuito de Dios.


A ustedes se les ha dado no sólo el privilegio de creer en Cristo, sino también de sufrir por él.


Pero precisamente por eso, Dios tuvo misericordia de mí, para que Cristo pudiera usarme como ejemplo de lo paciente que es aun con el más vil de los pecadores, y para que los demás se den cuenta y, creyendo en él, también reciban la vida eterna.


Pero la verdad de Dios es un cimiento que se mantiene firme y sólido, y tiene esta inscripción: «El Señor conoce a los que son suyos, y el que adora al Señor debe apartarse del mal».


Nuestro sumo sacerdote entiende nuestras debilidades, porque él mismo experimentó nuestras tentaciones, si bien es cierto que nunca cometió pecado.


Por eso puede salvar para siempre a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive para siempre y está pidiendo por ellos.


Aunque salieron de entre nosotros, en realidad nunca fueron de los nuestros, porque si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. El hecho de que nos dejaran comprueba que no eran de los nuestros.


El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven». Y el que oye también diga: «Ven». Y el que tenga sed, venga; y el que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.