Isaías 42:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

³ No quebrará la caña maltratada, ni apagará la llama vacilante. Se encargará de que se haga plena justicia a las víctimas de injusticia,

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

³ No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ No aplastará a la caña más débil, ni apagará una vela que titila. Les hará justicia a todos los agraviados.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ No rompe la caña doblada ni aplasta la mecha que está por apagarse, sino que hace florecer la justicia en la verdad.

La Biblia Textual 3a Edicion

³ No quebrará la caña cascada, Ni apagará el pabilo que humea; Hará que la justicia actúe conforme a la verdad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ La caña quebrada no la romperá, la mecha mortecina no la apagará; de verdad dictará la equidad.

Isaías 42:3 Tagairtí Cros

Salmos 147:3

Él sana a los quebrantados de corazón y les venda las heridas.

Salmos 54:5

Él hará que las maldades de mis enemigos se vuelvan contra ellos mismos. Haz como lo prometiste y acaba con estos malvados.

Salmos 94:15

El juicio volverá a ser justo y todos los de recto corazón tendrán su recompensa.

Salmos 96:13

Porque el Señor viene a juzgar la tierra. Con justicia y verdad juzgará a las naciones.

Salmos 98:9

Porque el Señor viene a juzgar la tierra. Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con igualdad.

Isaías 2:4

El Señor zanjará las disputas internacionales, todas las naciones transformarán las armas de guerra en herramientas de paz, por fin cesarán las guerras y terminará el adiestramiento militar.

Isaías 40:11

Como pastor apacentará su rebaño, llevará en brazos los corderillos y suavemente guiará las ovejas con cría.

Isaías 42:2

Será apacible, no gritará ni reñirá en las calles.

Isaías 50:10

¿Quién entre ustedes teme al Señor y obedece a su siervo? Si alguno de ustedes anduviere en tinieblas, sin un solo rayo de luz, confíe en el Señor, pónganse en las manos de su Dios.

Isaías 50:4

El Señor Dios me ha dado sus palabras de sabiduría para que yo sepa qué debo decirles a todos estos fatigados. Cada mañana me despierta y abre mi entendimiento a su voluntad.

Isaías 63:1

¿Quién es este que viene de Edom, de la ciudad de Bosra, con sus magníficas vestiduras púrpuras? ¿Quién es este con manto real, que marcha con grandeza y reflejando poder? «¡Soy yo, el Señor que te anuncio salvación; yo, el Señor, poderoso para salvar!».

Isaías 66:2

Mis manos hicieron la tierra y el cielo, los cuales son míos. Pero siento inclinación por el hombre de corazón humilde y contrito, que tiene reverencia ante mi palabra.

Isaías 9:7

Su siempre creciente y pacífico reinado no acabará jamás. Gobernará con perfecta equidad y justicia desde el trono de David su padre. Traerá verdadera justicia y paz a todas las naciones del mundo. Esto ocurrirá porque el Dios Todopoderoso se ha empeñado en realizarlo.

Jeremías 31:25

Porque he dado reposo a los fatigados y gozo a los afligidos.

Ezequiel 34:16

Buscaré a las perdidas, las que se han descarriado, y las traeré de vuelta al redil con seguridad. Yo entablillaré y vendaré a las perniquebradas y sanaré a las enfermas. No dedicaré mi atención sólo a las robustas y bien engordadas.

Miqueas 7:9

Soportaré con paciencia mientras el Señor me castiga, porque reconozco que actué muy mal y lo ofendí. Pero estoy seguro de que luego él me defenderá de todos mis enemigos, y los castigará por todo el mal que me han hecho. Dios me sacará de las tinieblas a la luz, y me permitirá disfrutar de nuevo sus actos de bondad.

Mateo 11:28

Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar.

Mateo 12:20

no romperá la caña que ya está quebrada, ni acabará de apagar el pabilo humeante, hasta que haga triunfar la justicia.

Juan 20:27

Luego le dijo a Tomás: ―Pon aquí tu dedo y mira mis manos. Trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino que debes creer.

Juan 5:30

Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo por lo que oigo, y mi juicio es correcto, porque está de acuerdo con la voluntad del que me envió y no de acuerdo con mi propia voluntad.

Apocalipsis 19:11

Vi entonces que el cielo estaba abierto y contemplé un caballo blanco cuyo jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque con justicia juzga y pelea.