Cuando les sirvieron la comida, el criado de Abraham dijo: ―No quiero comer nada hasta haberles dicho por qué estoy aquí. ―Muy bien —dijo Labán—, danos tu mensaje.
Juan 4:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Mientras tanto, sus discípulos le suplicaban: ―Maestro, come algo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús: —Rabí, come algo. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras tanto los discípulos le insistían: 'Maestro, come. La Biblia Textual 3a Edicion Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabbí, come. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entre tanto, los discípulos le rogaban: ' Rabbí, come'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. |
Cuando les sirvieron la comida, el criado de Abraham dijo: ―No quiero comer nada hasta haberles dicho por qué estoy aquí. ―Muy bien —dijo Labán—, danos tu mensaje.
Y cuando andan por las calles, les gusta que les digan: “¡Rabí, rabí!”.
No dejen que nadie los llame así. Sólo el Cristo es Rabí y todos los hombres están en el mismo nivel de hermanos.
Judas se le acercó también y le preguntó: ―¿Soy yo, Maestro? ―Sí. Tú lo has dicho.
Sin pérdida de tiempo, el traidor se acercó a Jesús. ―Hola, Maestro —le dijo, y lo besó.
Pedro, recordando lo que había pasado, exclamó: ―¡Maestro, mira! La higuera que maldijiste está seca.
Al llegar Judas, se acercó rápidamente a Jesús, lo besó y le dijo: ―¡Maestro!
―Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! —exclamó Pedro—. Construiremos tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Jesús volvió la cabeza, y viendo que lo seguían, les preguntó: ―¿Qué buscan? Ellos contestaron: ―Rabí, (Rabí significa: Maestro) ¿dónde vives?
Natanael exclamó: ―Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel!
Ellos le respondieron: ―Maestro, hace poco los judíos trataron de apedrearte, ¿y quieres volver allá?
Este fue una noche a visitar a Jesús y le dijo: ―Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie puede hacer las señales milagrosas que tú haces si Dios no está con él.
Aquéllos fueron a ver a Juan y le dijeron: ―Maestro, el que estaba contigo al otro lado del río Jordán, aquel del que tú mismo hablaste, ahora está bautizando y todos lo siguen.
Cuando lo encontraron al otro lado del lago, le preguntaron: ―Maestro, ¿cuándo llegaste acá?
Y sus discípulos le preguntaron: ―Maestro, ¿este hombre nació ciego por culpa de su pecado o por el pecado de sus padres?