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Jonás 2:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

«En medio de mi gran angustia clamé al Señor, y él me respondió. Estando ya muy cerca de morir te pedí ayuda, y tú, Señor, oíste mi súplica.

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Biblia Reina Valera 1960

y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

y dijo: «En mi gran aflicción clamé al Señor y él me respondió. Desde la tierra de los muertos te llamé, ¡y tú, Señor, me escuchaste!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces Jonás dirigió esta oración a Yavé, su Dios, desde el vientre del pez:

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La Biblia Textual 3a Edicion

y dijo: En mi angustia invoqué a YHVH, Y Él me respondió; Del vientre del Seol pedí socorro, Y Tú escuchaste mi voz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jonás oró a Yahveh, su Dios, desde el vientre del pez,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y dijo: En mi angustia clamé a Jehová, y Él me oyó; Desde el vientre del infierno clamé, y mi voz oíste.

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Jonás 2:2
26 Tagairtí Cros  

Allí, finalmente, él se dio cuenta de lo que había hecho, y se humilló por completo ante Dios, y le imploró ayuda.


Los lazos de la muerte me enredaron; el terror del sepulcro me sorprendió, solo veía problemas y tristeza.


En mi angustia, supliqué a Dios y me respondió.


porque no me dejarás entre los muertos; no permitirás que tu amado se pudra en el sepulcro.


Porque no ha desdeñado mi clamor ni mi profunda desesperación; no me ha vuelto la espalda ni se ha alejado. Cuando clamé a él, me escuchó y acudió.


Este pobre clamó al Señor; el Señor lo escuchó y lo libró de todas sus tribulaciones.


Responde a mi clamor, Dios mío y defensor mío. Alivia mi pena. Ten piedad de mí; escucha mi oración.


Desde los confines de la tierra, clamo a ti pidiendo auxilio pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo.


porque tú respondes a nuestras oraciones, y a ti acude todo ser humano.


porque tu amor por mí es muy grande. Me has rescatado de las profundidades del sepulcro.


Los moradores del infierno se apiñan para recibirte cuando entras en su dominio. Caudillos de todo el mundo y los más poderosos reyes, muertos hace mucho, están allí para verte.


¡Entonces yo me dirigí a ti en oración, Señor, desde la profundidad del pozo,


Te enviaré al fondo del abismo del infierno para permanecer allí con aquellos que están ahí desde mucho tiempo antes. Tu ciudad quedará en ruinas, muerta, como los cadáveres de aquellos que entraron en el mundo del más allá de los muertos. Nunca más serás poblada o tendrás hermosura aquí en la tierra de los vivientes.


¡Que ninguna otra nación se regocije con orgullo por su propia prosperidad, aunque sea más alta que las nubes, pues todas están sentenciadas y caerán estrepitosamente junto con todos los hombres orgullosos del mundo!”».


Porque de la misma manera que Jonás estuvo en las entrañas de un gran pez tres días y tres noches, yo, el Hijo del hombre, pasaré tres días y tres noches en las entrañas de la tierra.


Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.


Estaba tan angustiado, que se puso a orar con más intensidad, y su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre.


porque no dejarás mi alma en el sepulcro ni permitirás que el cuerpo de tu santo siervo se pudra.


Cuando Cristo estaba en la tierra, con voz fuerte y muchas lágrimas ofreció ruegos y súplicas a Dios, quien podía librarlo de la muerte. Y Dios escuchó sus oraciones en virtud de su ferviente deseo de obedecer a Dios.


David estaba seriamente preocupado, porque sus soldados, en su profundo dolor por sus hijos, comenzaron a hablar de matarlo. Pero David halló fortaleza en el Señor su Dios.