De allí salió para Asur, donde edificó las ciudades de Nínive, Rejobot Ir, Cala y la importante ciudad de Resén, que estaba situada entre Nínive y Cala.
Jonás 1:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 «Ve a la gran ciudad de Nínive y anúnciale que la voy a destruir, porque su maldad ha quedado completamente evidente ante mí». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Biblia Nueva Traducción Viviente «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio contra ella, porque he visto lo perversa que es su gente». Biblia Católica (Latinoamericana) Levántate, vete a Nínive, la ciudad grande, y predica contra ellos, porque su maldad ha subido hasta mí. La Biblia Textual 3a Edicion Levántate y vete a Nínive,° la gran metrópoli, y proclama en ella que su maldad ha llegado hasta mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Anda, vete a Nínive, la gran ciudad, y anúnciale que su maldad ha subido hasta mí'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Levántate, y ve a Nínive, la gran ciudad, y pregona contra ella; porque su maldad ha subido delante de mí. |
De allí salió para Asur, donde edificó las ciudades de Nínive, Rejobot Ir, Cala y la importante ciudad de Resén, que estaba situada entre Nínive y Cala.
Pero cuando los israelitas regresaban a Samaria, les salió al encuentro Obed, profeta del Señor, y dijo: ―Miren, el Señor, Dios de nuestros padres, estaba airado con Judá y, por eso, permitió que ustedes los capturaran. Pero ustedes los mataron con tal crueldad, que en el cielo se tomó nota de esto.
y le dije en oración: «Dios mío, estoy avergonzado. Tengo vergüenza de levantar el rostro hacia ti, porque nuestros pecados son tantos, que sobrepasan nuestras cabezas, y nuestra culpa es tan grande como los cielos.
El Señor me dijo: ¡Grita bien fuerte, clama con voz de trompeta, no tengas miedo! ¡Reprende a mi pueblo sus pecados!
¡Y no puedo renunciar! Porque si digo que nunca más volveré a mencionar al Señor, que nunca más hablaré en su representación, empiezo a sentir tu palabra como si fuera lumbre que me quema por dentro y no lo puedo resistir más.
Tú debes entregarles mis mensajes, escuchen ellos o no (pero no lo harán, porque son muy rebeldes).
Su gente jamás parece reconocer que yo los estoy observando. Sus hechos malvados los delatan por todos lados, y ninguno de ellos se oculta de mi vista. ¡No se me escapa nada de lo que hacen!
«Ve a la gran ciudad de Nínive y comunícales el mensaje que te voy a dar».
En esta ocasión Jonás obedeció y fue a Nínive. Nínive era una ciudad muy grande, tan grande era que se necesitaban tres días para recorrerla.
Y ¿por qué no iba yo a tener lástima de la gran ciudad de Nínive, con sus ciento veinte mil habitantes que no saben distinguir entre lo bueno y lo malo, y de todo su ganado?
En cambio, yo estoy lleno de poder, de justicia y de fuerza. Estoy lleno del Espíritu del Señor para denunciar sin temor todas las maldades y la desobediencia de Israel.
Estas son las visiones que Dios le dio a Nahúm, que vivió en Elcós, acerca de la inminente destrucción de Nínive.
No hay cura para tu herida, ¡es demasiado profunda para curarla! Todos los que sepan de tu desgracia aplaudirán de gozo, porque, ¿dónde se podrá encontrar a alguien que no haya sufrido con tu crueldad?
Y hasta tendrán que comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa. Esto les brindará la oportunidad de hablarles de mí y de proclamarme ante el mundo.
En el día del juicio, los hombres de Nínive se levantarán y condenarán a esta gente. Porque cuando Jonás les predicó, aquellos se arrepintieron de sus pecados. Y ustedes tienen aquí a uno que es superior a Jonás.
Ustedes no pagaron el salario a los obreros que les trabajaron sus campos, y ese hecho grita contra ustedes. El grito de protesta de esos trabajadores lo ha escuchado el Señor Todopoderoso.
porque sus pecados se han ido amontonando hasta el cielo y Dios va a juzgarla por su perversidad.