Poco tiempo después, el Señor le dijo a Abram: ―Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.
Génesis 24:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Luego comenzó a orar: «Señor, Dios de mi amo Abraham, sé misericordioso con mi amo y ayúdame para cumplir el propósito de mi viaje. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. Biblia Nueva Traducción Viviente «Oh Señor, Dios de mi amo, Abraham —oró—. Te ruego que hoy me des éxito y muestres amor inagotable a mi amo, Abraham. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el mayordomo oró así: 'Yavé, Dios de mi patrón Abrahán, haz que me vaya bien hoy y muestra tu benevolencia para con mi patrón Abrahán. La Biblia Textual 3a Edicion y dijo: ¡YHVH, Dios de mi señor Abraham, haz que hoy me suceda, te ruego, haz misericordia a mi señor Abraham! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y dijo: 'Yahveh, Dios de mi señor Abrahán, concédeme que tenga hoy buen encuentro, y muéstrate misericordioso con Abrahán, mi señor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. |
Poco tiempo después, el Señor le dijo a Abram: ―Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.
Mientras tanto, el criado la observaba en silencio, preguntándose si el Señor le había contestado la oración.
con la siguiente oración: «¡Alabado sea el Señor, Dios de mi amo Abraham, pues siempre ha sido tan bueno y leal con él! ¡Gracias por haberme guiado directamente a los familiares de mi amo!».
»Pues bien, esta tarde, cuando llegué al manantial, hice la siguiente oración: “Señor, Dios de mi amo Abraham, si tú me estás guiando para que mi misión tenga éxito, guíame en la forma siguiente:
Luego me arrodillé y adoré al Señor. Sí, alabé al Señor, el Dios de mi amo Abraham, porque me había llevado por el camino correcto, hasta encontrar en la casa del hermano de mi amo la esposa para su hijo Isaac.
Esa noche, el Señor se le apareció y le dijo: «Yo soy el Dios de Abraham, tu padre. No temas, porque estoy contigo. Por amor a Abraham, mi siervo, te bendeciré y haré que tu descendencia sea muy numerosa».
Luego tú se lo servirás, y cuando él se lo haya comido, te dará la bendición antes de su muerte.
Entonces Isaac le preguntó: ―Hijo mío, ¿cómo pudiste hacerlo con tanta rapidez? ―Porque el Señor, tu Dios, me permitió encontrar el animal muy pronto —respondió Jacob.
En el sueño también vio que el Señor estaba parado junto a él y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tus descendientes les voy a dar esta tierra en la que estás acostado.
En realidad, de no ser por la gracia del Dios de mi abuelo Abraham, el glorioso Dios de mi padre Isaac, tú me habrías despedido sin abonar un centavo a mi cuenta. Pero Dios vio tu crueldad y mi duro trabajo, y por eso es que se te apareció anoche y te reprendió.
Mira, no soy digno de recibir la más pequeña de las misericordias que me has mostrado una y otra vez, conforme a tu promesa. Cuando salí de mi hogar y crucé el río Jordán, la única posesión que tenía era mi bastón; pero ahora necesito dos campamentos para guardar todo lo que tengo.
Entonces Jacob oró: «Señor, Dios de mi abuelo Abraham y de mi padre Isaac, tú me dijiste que regresara a la tierra de mis padres y que estarías conmigo para que me fuera bien.
¡Quiera el Dios Todopoderoso que aquel hombre les tenga misericordia, para que le dé la libertad a Simeón y deje volver a Benjamín! Y si debo sufrir el dolor de la muerte de ellos, que así sea.
Cuando llegó la hora del acostumbrado sacrificio de la tarde, Elías se dirigió hasta el altar y oró: «Señor, Dios de Abraham, Isaac e Israel, demuestra que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo; demuestra que yo he hecho todo esto por orden tuya.
Señor, escucha mi oración. Escucha la oración de quienes se deleitan en darte gloria y honra. Te ruego que me permitas tener éxito cuando me presente ante el rey con mi petición. Haz que el rey me atienda y me trate bien». Yo era entonces copero del rey.
―Bien, ¿qué podemos hacer? —preguntó el rey. Elevé una oración al Dios del cielo pidiendo su ayuda, y le contesté al rey: ―Si agrada a Su Majestad, y si en verdad usted quiere ayudarme, envíeme a Judá, para reconstruir la ciudad de mis padres.
Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.
Encomienda al Señor todo cuanto haces, confía en que él te ayudará a realizarlo, y él lo hará.
Además, Dios agregó: ―Diles a los israelitas: “El Señor, el Dios de sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob me ha enviado a ustedes. Este es mi nombre eterno y por este nombre seré conocido a través de las generaciones”.
Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Moisés se cubrió el rostro con ambas manos, porque tenía miedo de mirar a Dios.
Busca la voluntad del Señor en todo lo que hagas, y él dirigirá tus caminos.
“Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
No se angustien por nada; más bien, oren; pídanle a Dios en toda ocasión y denle gracias.