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Génesis 24:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

27 con la siguiente oración: «¡Alabado sea el Señor, Dios de mi amo Abraham, pues siempre ha sido tan bueno y leal con él! ¡Gracias por haberme guiado directamente a los familiares de mi amo!».

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Biblia Reina Valera 1960

27 y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el camino a casa de los hermanos de mi amo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 —Alabado sea el Señor, Dios de mi amo, Abraham —dijo—. El Señor ha mostrado amor inagotable y fidelidad a mi amo, porque me ha guiado directamente a los parientes de mi señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 diciendo: 'Bendito sea Yavé, Dios de mi señor Abrahán, pues ha mostrado una vez más su bondad y fidelidad para con mi patrón, y me ha conducido a la casa del hermano de mi amo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 y dijo: Bendito sea YHVH, Dios de mi señor Abraham, que no apartó su misericordia y su fidelidad hacia mi señor, y puesto yo en camino, me condujo YHVH a casa de los hermanos de mi señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 diciendo: 'Bendito sea Yahveh, Dios de mi señor Abrahán, que no ha negado su misericordia y su fidelidad a mi señor, y que me ha guiado en el camino a la casa de los hermanos de mi señor'.

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Génesis 24:27
31 Tagairtí Cros  

Así que un día Abram le dijo a Lot: «Recuerda que tú y yo somos parientes, de modo que no es bueno que haya peleas entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos.


¡Alabado sea el Dios Altísimo que te permitió derrotar a tus enemigos!». Entonces Abram le entregó a Melquisedec la décima parte de todos los bienes que había recuperado.


Luego comenzó a orar: «Señor, Dios de mi amo Abraham, sé misericordioso con mi amo y ayúdame para cumplir el propósito de mi viaje.


Mientras tanto, el criado la observaba en silencio, preguntándose si el Señor le había contestado la oración.


Para que esto no ocurra, irás a mi tierra, a casa de mi familia, y buscarás allí una esposa para mi hijo Isaac.


»Pues bien, esta tarde, cuando llegué al manantial, hice la siguiente oración: “Señor, Dios de mi amo Abraham, si tú me estás guiando para que mi misión tenga éxito, guíame en la forma siguiente:


Luego me arrodillé y adoré al Señor. Sí, alabé al Señor, el Dios de mi amo Abraham, porque me había llevado por el camino correcto, hasta encontrar en la casa del hermano de mi amo la esposa para su hijo Isaac.


Mira, no soy digno de recibir la más pequeña de las misericordias que me has mostrado una y otra vez, conforme a tu promesa. Cuando salí de mi hogar y crucé el río Jordán, la única posesión que tenía era mi bastón; pero ahora necesito dos campamentos para guardar todo lo que tengo.


¡Te suplico que me libres del furor de mi hermano Esaú! Tengo miedo, un miedo terrible de que él venga a matarme, y mate también a estas mujeres y a sus hijos.


Luego Noé dijo: «¡Bendito sea el Señor, Dios de Sem! ¡Que Canaán sea esclavo de Sem!


Ajimaz se acercó, saludó al rey, y se inclinó con su rostro a tierra, y dijo: ―¡Bendito sea el Señor tu Dios que ha destruido a los rebeldes que se atrevieron a levantarse en su contra!


Porque el Señor es bueno. Y su gran amor es eterno; su fidelidad está con nosotros para siempre.


¡Alabado sea el Señor, alabado sea nuestro Dios y Salvador! Porque día tras día nos lleva cargados en sus brazos.


Él ha recordado su promesa de amar y ser fiel a Israel. La tierra entera ha visto la salvación de nuestro Dios.


Y exclamó: «¡Bendito sea el Señor, porque te ha salvado de los egipcios y del faraón, y ha rescatado a Israel!


Un día, cuando Moisés ya había crecido, salió a visitar a los hebreos y vio la terrible condición en que se encontraban. Durante esta visita vio que un egipcio golpeaba a un hebreo, ¡a un compatriota suyo!


Al día siguiente volvió a salir a visitar a los hebreos, y vio que dos de ellos estaban peleando. ―¿Por qué golpeas a tu hermano de esa manera? —le dijo al que estaba golpeando al otro.


Busca la voluntad del Señor en todo lo que hagas, y él dirigirá tus caminos.


Yo voy por el camino de la rectitud, por las sendas de la justicia.


¡Permítenos, Señor, disfrutar otra vez de ese amor y esa fidelidad que hace muchos años prometiste a nuestros antepasados Abraham y Jacob!


«Alabemos al Señor, Dios de Israel, porque ha venido a rescatar a su pueblo.


Por medio de Moisés recibimos la ley mientras que por medio de Jesucristo recibimos el amor y la verdad.


Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos porque pertenecemos a Cristo.


Por eso, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén.


Y las mujeres de la ciudad le dijeron a Noemí: «Bendito sea el Señor, que te ha dado este nieto, para que se encargue de ti. Que sea famoso en Israel.


David entonces respondió a Abigaíl: ―Bendito sea el Señor Dios de Israel, que te ha enviado a encontrarme en este día.


Cuando David oyó que Nabal había muerto, dijo: «Alabado sea el Señor, porque ha pagado a Nabal por su insulto y ha impedido que yo lo haga por mí mismo. Ya ha recibido su castigo por sus pecados». David no perdió tiempo y envió mensajeros a Abigaíl pidiéndole que fuera su esposa.


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