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Génesis 22:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Después de algunos años, Dios sometió a Abraham a una prueba. ―¡Abraham! —llamó Dios. ―Aquí estoy —respondió Abraham.

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Biblia Reina Valera 1960

Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tiempo después, Dios probó la fe de Abraham. —¡Abraham! —lo llamó Dios. —Sí —respondió él—, aquí estoy.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tiempo después, Dios quiso probar a Abrahán y lo llamó: 'Abrahán. Respondió él: 'Aquí estoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Aconteció después de estas cosas que ’Elohim probó a Abraham, y le dijo: ¡Abraham! Él respondió: Heme aquí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después de estos hechos, quiso Dios probar a Abrahán y le dijo: 'Abrahán'. Contestó Abrahán: 'Aquí estoy'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

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Génesis 22:1
24 Tagairtí Cros  

Poco tiempo después, el Señor le dijo a Abram: ―Abram, no tengas miedo, porque yo te protejo, y te voy a dar una recompensa muy grande.


Esto le causó mucho dolor a Abraham, porque, después de todo, Ismael también era hijo suyo.


En ese momento, el ángel del Señor le gritó desde el cielo: ―¡Abraham! ¡Abraham! ―Aquí estoy —contestó Abraham.


―¡Padre mío! —dijo Isaac—. Y Abraham le contestó: ―Aquí estoy, ¿qué quieres, hijo mío? ―Tenemos la leña y el fuego —siguió diciendo Isaac—, pero ¿dónde está el cordero para el sacrificio?


Pocos días después Israel llamó a José y le dijo: ―Tus hermanos están en Siquén apacentando el ganado. Anda a ver cómo están ellos y el ganado, y vuelve a avisarme. ―Muy bien —respondió José. Entonces José salió del valle de Hebrón y se dirigió a Siquén.


Aquella noche Dios le habló en visión: ―¡Jacob, Jacob! ―¿Qué quieres, Señor? —respondió.


Una vez más la ira del Señor se encendió contra Israel, e incitó a David a hacer un censo nacional.


Sin embargo, cuando llegaron los embajadores de Babilonia para saber acerca del milagro maravilloso que había ocurrido en el país, Dios lo dejó solo para probarlo y ver cómo era realmente.


Él pone a prueba al justo y al malvado; aborrece a los que aman la violencia.


El Señor le dijo a Moisés: «Yo voy a hacer que les caigan alimentos del cielo. Cada uno podrá salir y recoger cuanto pueda comer ese día. Los probaré en esto, para ver si siguen mis órdenes.


La plata y el oro se prueban con el fuego, pero al corazón lo prueba el Señor.


―¿A quién enviaré por mensajero a mi pueblo? ¿Quién irá? —oí al Señor preguntar. Y yo dije: ―Señor ¡yo voy! Envíame a mí.


Ustedes no han pasado por ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero pueden estar confiados en la fidelidad de Dios, que no dejará que la tentación sea más fuerte de lo que puedan resistir. Dios les mostrará la manera de resistir la tentación y escapar de ella.


no le escuches. Porque el Señor te está probando para saber si lo amas realmente con toda tu mente y corazón y con todo tu ser.


que te dio de comer maná en el desierto (una especie de pan que antes te era desconocido). A lo largo del camino te probó y te humilló con el fin de hacerte bien.


¿Recuerdas cómo te condujo el Señor a través del desierto durante estos cuarenta años, humillándote y probándote para saber dónde estaban tus prioridades y si realmente obedecerías o no sus mandamientos?


Por la fe, Abraham, que había recibido las promesas, cuando fue puesto a prueba ofreció a Isaac, su único hijo,


Nuestro antepasado Abraham fue declarado justo por lo que hizo. Él ofreció como sacrificio a su hijo Isaac sobre el altar.


La fe de ustedes es como el oro que tiene que probarse por medio del fuego. Así también su fe, que vale mucho más que el oro, tiene que probarse por medio de los problemas y, si es aprobada, recibirá gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.


En cambio, me servirán para probar a mi pueblo, para ver si obedece al Señor de la manera que sus antepasados lo hicieron».


el Señor llamó: ―Samuel, Samuel. ―Aquí estoy —contestó Samuel—,