―¡Tú eres ese hombre! —le dijo Natán a David—. El Señor Dios de Israel dice: “Yo te hice rey de Israel y te salvé del poder de Saúl.
2 Samuel 22:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 David entonó este cántico al Señor después que fue librado de Saúl y de todos sus enemigos: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Habló David a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. Biblia Nueva Traducción Viviente David entonó este cántico al Señor el día que el Señor lo rescató de todos sus enemigos y de Saúl. Biblia Católica (Latinoamericana) David dedicó a Yavé las palabras de este cántico, el día en que Yavé lo libró de las manos de todos sus enemigos y de las manos de Saúl. La Biblia Textual 3a Edicion Y habló David a YHVH las palabras de este cántico° el día que YHVH lo libró de la mano de Saúl y de todos sus enemigos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dirigió David a Yahveh las palabras de este cántico el día en que Yahveh le libró del poder de todos sus enemigos y de la mano de Saúl. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David habló a Jehová las palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl. |
―¡Tú eres ese hombre! —le dijo Natán a David—. El Señor Dios de Israel dice: “Yo te hice rey de Israel y te salvé del poder de Saúl.
Sí, tú me levantas por encima de mis enemigos, tú me libras de su violencia.
En ese tiempo, David encargó, por primera vez, a Asaf y a sus compañeros que alabaran al Señor con este salmo:
El bueno no está libre de tribulación; también tiene sus problemas pero en todos ellos lo auxilia el Señor.
Lo que quiero de ti es verdadera gratitud a Dios; quiero que cumplas tus promesas al Altísimo.
Llenos de júbilo, Moisés y el pueblo de Israel cantaron este himno al Señor: Cantaré al Señor, porque obtuvo un triunfo extraordinario, pues arrojó caballos y jinetes al mar.
Él nos libró de la muerte y de la misma manera nos volverá a librar cuando sea necesario. En él hemos puesto nuestra esperanza.
Entonces Moisés recitó el siguiente cántico ante todo el pueblo de Israel:
El Señor me librará de todo mal y me preservará para su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
David se fue a vivir en las cuevas del desierto en la región montañosa de Zif. Un día, cerca de Hores, supo que Saúl iba hacia Zif en su busca. Saúl lo perseguía día tras día para matarlo, pero el Señor no permitió que lo encontrara.
Que el Señor juzgue entre nosotros y que castigue a cualquiera de los dos que sea culpable. Él es mi abogado y mi defensor, y él me rescatará de tu poder.
Aun cuando te persigan los que quieren arrancarte la vida, tú estás seguro bajo el cuidado del Señor tu Dios. Pero la vida de tus enemigos desaparecerá como piedras lanzadas con honda.
Ahora, que el Señor salve mi vida, así como yo he salvado la tuya hoy. Que él me salve de toda aflicción.
Pero David se dijo: «Algún día Saúl me va a encontrar y me dará muerte, por lo tanto me iré a territorio de los filisteos hasta que Saúl deje de buscarme. Sólo así volveré a tener seguridad».