¡Jamás se te vaya a ocurrir matar al justo junto con el malvado! ¡Jamás vayas a tratar de la misma manera al justo y al malvado! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no hará lo que es correcto?
1 Samuel 3:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Samuel le contó lo que el Señor le había dicho. ―Es la voluntad del Señor —respondió Elí—. Haga él como mejor le parezca. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada. Entonces él dijo: Jehová es; haga lo que bien le pareciere. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Samuel le contó todo a Elí; no le ocultó nada. —Es la voluntad del Señor —respondió Elí—. Que él haga lo que mejor le parezca. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Samuel se lo contó todo sin ocultarle nada. Helí dijo: 'Es Yavé, que haga como mejor le parezca'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Samuel le declaró todas las palabras, y no le ocultó nada. Y él dijo: YHVH es; haga lo que bien le parezca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Samuel se lo manifestó todo, sin ocultarle nada. Dijo entonces Elí: '¡Él es Yahveh! ¡Que haga lo que bien parezca a sus ojos!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Samuel se lo manifestó todo, sin ocultarle nada. Entonces él dijo: Él es Jehová; que haga lo que bien le parezca. |
¡Jamás se te vaya a ocurrir matar al justo junto con el malvado! ¡Jamás vayas a tratar de la misma manera al justo y al malvado! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no hará lo que es correcto?
¡Sé valiente! ¡Vamos a pelear para salvar a nuestro pueblo y las ciudades de nuestro Dios! ¡Que el Señor haga lo que mejor le parezca!».
―Bien —respondió Ezequías—. Si eso es lo que el Señor quiere, está bien. Pero realmente estaba pensando: «Por lo menos tendré paz y seguridad durante el resto de mi vida».
¡Ten ánimo! ¡Vamos a pelear con valor para defender a nuestro pueblo y a las ciudades de nuestro Dios! ¡Que el Señor haga lo que considere mejor!».
Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y nada tendré cuando muera. El Señor me dio cuanto yo tenía; suyo era, y tenía derecho de llevárselo. Bendito sea el nombre del Señor».
Pero él respondió: ―Hablas como una necia. ¿Pues qué? ¿Hemos de recibir de manos de Dios únicamente lo agradable y nunca lo desagradable? En todo esto Job no pecó ni de palabra.
»Señor, ante ti estoy mudo. No abriré mi boca para decir ni una queja, pues mi castigo procede de ti.
El Señor descendió en la forma de una columna de nube y estuvo allí con él, y pasó delante de él y anunció el significado de su nombre: ―Yo soy el Señor, Dios de misericordia y de gracia —dijo—. Soy lento para la ira y grande en misericordia y verdad.
―Está bien —replicó Ezequías—, todo lo que el Señor dice es bueno. ¡Por lo menos habrá paz en mis días!
Un día el rey Sedequías envió a llamar a Jeremías para reunirse con él en la puerta lateral del templo. ―Quiero preguntarte algo —dijo el rey—. No trates de ocultarme la verdad.
―Muy bien —respondió Jeremías—. Le preguntaré y les comunicaré lo que el Señor diga; nada les ocultaré.
¿Por qué, pues, nosotros, simples seres humanos, nos quejamos cuando nos castigan por nuestros pecados?
Moisés le dijo a Aarón: «Esto es lo que el Señor quiso decir cuando declaró: “Me santificaré entre los que se acercan a mí y seré glorificado delante de todo el pueblo”». Aarón, permaneció en silencio.
Humíllense bajo el poder de Dios, para que él los enaltezca cuando llegue el momento oportuno.
Pero ellos le suplicaron otra vez: ―Hemos pecado; castíganos como bien te parezca, pero sálvanos sólo una vez más de nuestros enemigos.