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1 Samuel 3:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

17 ¿Qué te dijo el Señor? —le preguntó—. Dímelo todo y que Dios te castigue si me escondes algo de lo que te dijo.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y Elí dijo: ¿Qué es la palabra que te habló? Te ruego que no me la encubras; así te haga Dios y aun te añada, si me encubrieres palabra de todo lo que habló contigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 —¿Qué te dijo el Señor? Dímelo todo. ¡Y que el Señor te castigue, y aun te mate, si me ocultas algo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Helí le preguntó: '¿Cuál fue la palabra que se te dijo? No me ocultes nada. Te maldiga Dios y te remaldiga si me ocultas una sola palabra de lo que te dijo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y dijo: ¿Qué es lo que te ha dicho? Te ruego que no me lo ocultes. Así te haga ’Elohim y aún te añada, si me ocultas alguna palabra de todas las que te ha hablado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Él le preguntó: '¿Qué es lo que te ha dicho? Te ruego que no me ocultes nada. ¡Que Dios te haga esto y te añada esto otro, si me ocultas algo de lo que él te ha dicho!'.

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1 Samuel 3:17
18 Tagairtí Cros  

―Quiero saber una cosa —dijo el rey. ―¿De qué se trata, mi señor, el rey? —preguntó ella.


Y les ordenó que le dijeran a Amasá: «Por cuanto eres mi sobrino, que Dios me quite la vida si no te nombro jefe de mi ejército, en lugar de Joab».


David se había negado a comer en el día del funeral, y todos le rogaban que se sirviera algo de comida. Pero David había jurado que no comería nada hasta la puesta del sol. Esto agradó a su pueblo; en verdad, todo lo que el rey hacia agradaba al pueblo.


¡Que Dios me mande el peor de los castigos si, de aquí en adelante, no hago todo lo posible por quitarte todo el reino, desde Dan hasta Berseba, para dárselo a David! ¡Así se cumplirá lo que el Señor le juró a David!


―¿Cuántas veces debo decirte que me digas solamente lo que el Señor te ha dicho? —le exigió el rey.


«¡Que el Señor me mate, si hoy mismo no le corto la cabeza a Eliseo hijo de Safat!» exclamó el rey.


¡Haz que los justos me hieran! ¡Eso será bondad! Si ellos me reprenden, eso es medicina. No permitas que yo la rechace. Pero yo estoy en constante oración contra los malvados y sus hechos.


Un día el rey Sedequías envió a llamar a Jeremías para reunirse con él en la puerta lateral del templo. ―Quiero preguntarte algo —dijo el rey—. No trates de ocultarme la verdad.


―Muy bien —respondió Jeremías—. Le preguntaré y les comunicaré lo que el Señor diga; nada les ocultaré.


Entonces Daniel, también llamado Beltsasar, estuvo sentado allí en silencio por largo tiempo, turbado por el significado del sueño. Finalmente el rey le dijo: ―Beltsasar, no te preocupes por el sueño y por su significado. Daniel respondió: ―¡Oh, cómo quisiera que lo que ocurre en este sueño le sucediera a sus enemigos, mi señor, y no a usted!


Esta gente dice también: «¿Acaso creen que la descendencia de Jacob está maldita? ¿Creen que Dios ha dejado de ser paciente con nosotros? ¿Acaso las palabras del Señor no son siempre para nuestro bien? ¡Nunca nos irá mal, pues somos el pueblo justo!».


Luego Balán regresó con el rey y sus príncipes que estaban de pie junto a los altares. ―¿Qué te ha dicho el Señor? —le preguntó ansiosamente el rey.


Jesús no le respondió. ―Demando en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Mesías, el Hijo de Dios —insistió el sumo sacerdote.


Quiero morir donde tú mueras, y ser sepultada allí. Y que Dios me castigue si no cumplo mi promesa. Nada nos separará, ¡ni siquiera la muerte!


―Sí, Jonatán —dijo Saúl—, deberás morir. Que Dios me mate si no eres ejecutado por esto.


Si está airado y desea matarte, que el Señor me mate si no te lo digo, para que puedas escapar. ¡Que el Señor esté contigo como estaba con mi padre!


¡Que Dios me maldiga si uno de sus hombres queda vivo mañana por la mañana!».


Pero Elí lo llamó. ―Hijo mío.


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