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1 Pedro 5:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 Humíllense bajo el poder de Dios, para que él los enaltezca cuando llegue el momento oportuno.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que, llegado el momento, él los levante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Sed humillados,° pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que os exalte a su tiempo;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Sed, pues, humildes bajo la poderosa mano de Dios, para que, a su debido tiempo, os exalte.

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1 Pedro 5:6
41 Tagairtí Cros  

«¿Ves cómo se ha humillado Acab delante de mí? Por cuanto él ha hecho esto, no haré lo que anuncié durante su vida. Pero enviaré la desgracia a su familia durante el reinado de su hijo».


Cuando el rey mismo se humilló, el Señor dejó a un lado su enojo, y no lo destruyó por completo, pues aun quedaba algo bueno en Judá.


Sin embargo, de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón algunos se arrepintieron y vinieron a Jerusalén.


Pero luego, Ezequías y todos los residentes de Jerusalén se arrepintieron de su pecado. Por eso, durante toda la vida de Ezequías, el Señor no descargó su ira sobre ellos.


Allí, finalmente, él se dio cuenta de lo que había hecho, y se humilló por completo ante Dios, y le imploró ayuda.


Su oración y la forma en que Dios le respondió, y un relato franco de sus pecados y errores, incluyendo una lista de las localidades donde edificó altares en las colinas y puso imágenes de la diosa Aserá e imágenes esculpidas (desde luego, antes de su gran arrepentimiento), están escritos en el libro de los profetas.


Pero no se arrepintió, como sí lo hizo su padre, sino que cada vez su maldad era peor.


También fue un mal rey, pues hizo lo que no le agrada al Señor. Se negó a aceptar el consejo que el Señor le envió por medio del profeta Jeremías.


»Mira, Dios es exaltado por su poder. ¿Qué maestro hay como él?


Aniquilaré la altivez de todos los impíos, y exaltaré el poder de los justos.


Poderoso es tu brazo. Fuerte es tu mano. Tu mano derecha se eleva con gloriosa fortaleza.


Moisés y Aarón pidieron otra audiencia al faraón y le dijeron: ―El Señor, Dios de los hebreos, pregunta: “¿Hasta cuando te negarás a someterte a mí? Deja que mi pueblo vaya y me adore.


Pero yo sé que el faraón no les dará permiso, a menos que se haga sobre él mucha presión.


Pero Moisés le rogó al Señor que no lo hiciera. ―Señor —suplicó—, ¿por qué se ha encendido tanto tu ira contra este tu pueblo, al que sacaste de Egipto con tu gran poder y tan grandes milagros?


El orgulloso será humillado, pero el humilde será honrado.


porque el día viene en que sus altivas miradas serán humilladas; sólo el Señor será exaltado.


¡Rellenen los valles y nivelen las colinas, enderecen las sendas torcidas y allanen los sitios ásperos del camino!


El que es alto y excelso y habita la eternidad, aquel cuyo nombre es santo, dice así: Yo moro en aquel elevado y santo sitio, pero también estoy donde habitan los pobres y los afligidos, y a ellos les doy ánimo y aliento.


Díganles al rey y a la reina madre: Bajen de sus tronos a sentarse en el polvo, porque su cabeza ha quedado sin su linda corona, han perdido su poder.


Y hasta la hora presente no han presentado excusa; nadie ha querido volverse a mí, o seguir las instrucciones que di a ustedes y a sus antepasados.


Y todos los mejores soldados de Israel serán muertos por herida de espada, y los que permanezcan en la ciudad serán esparcidos en todas direcciones. Entonces sabrán que yo, el Señor, he dicho estas cosas”.


»Hombre mortal, suspira y gime de dolor en tu amarga angustia, que tu cuerpo se agite por los sollozos; ellos se impactarán por tanto dolor.


»¡Y usted, su sucesor, oh Belsasar, sabía todo esto, y sin embargo no ha sido humilde!


¡Pueblo de Dios! Ya el Señor les ha dicho qué es lo que él espera que ustedes hagan. Ya él les ha enseñado lo que es bueno y espera que ustedes hagan. Lo que el Señor les pide es que practiquen la justicia, que sean misericordiosos y que vivan siguiendo fielmente sus instrucciones.


pues los que se creen grandes serán humillados; y los que se humillan serán enaltecidos.


A los poderosos los quitó de sus tronos, y a los humildes los puso en lugares de honor.


Todo el que se engrandece a sí mismo será humillado; y al que se humilla Dios lo ensalzará.


»Les aseguro que este, y no el fariseo, regresó a su casa habiendo sido perdonado por Dios. Porque el que se engrandece a sí mismo será humillado, y el que se humilla será engrandecido».


Cuando éramos incapaces de salvarnos, Cristo llegó en el momento oportuno y murió por los pecadores.


¿Qué, pues? ¿Nos arriesgaremos a poner celoso al Señor? ¿Somos más fuertes que él?


Mía es la venganza y la retribución, porque a su tiempo su pie resbalará. El día de la condenación de sus enemigos está cerca; es segura e inminente”.


Él dio su vida en rescate por todos. Este es el mensaje que Dios, a su debido tiempo, dio a conocer al mundo.


y ahora, a su debido tiempo, ha cumplido esta promesa por medio de las buenas noticias que, por mandato de Dios, nuestro Salvador, me han sido encomendadas proclamar.


Humíllense delante del Señor, y él los pondrá en alto.


Por eso, obedezcan a Dios. Pónganle resistencia al diablo y él huirá de ustedes.


Hermanos, tomen como ejemplo a los profetas que hablaron en nombre del Señor. Ellos sufrieron y fueron pacientes.


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