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Levítico 10:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Moisés le dijo a Aarón: «Esto es lo que el Señor quiso decir cuando declaró: “Me santificaré entre los que se acercan a mí y seré glorificado delante de todo el pueblo”». Aarón, permaneció en silencio.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Así que Moisés le dijo a Aarón: «Esto quiso decir el Señor cuando dijo: “Demostraré mi santidad por medio de los que se acercan a mí. Demostraré mi gloria ante todo el pueblo”». Y Aarón guardó silencio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Entonces Moisés dijo a Aarón: 'Esto es lo que Yavé había declarado: Daré a conocer mi santidad a través de los que se allegan a mí, y a vista de todo el pueblo seré glorificado. Aarón no agregó palabra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló YHVH, diciendo: Entre los que se acercan a mí seré santificado, y en presencia de todo el pueblo seré reverenciado. Y Aarón guardó silencio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Dijo Moisés a Aarón: esto es lo que había dicho Yahveh: 'En los que se me acercan demostraré que yo soy santo y a los ojos de todo el pueblo seré glorificado'. Aarón calló.

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Levítico 10:3
46 Tagairtí Cros  

¡Jamás se te vaya a ocurrir matar al justo junto con el malvado! ¡Jamás vayas a tratar de la misma manera al justo y al malvado! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no hará lo que es correcto?


Pero él respondió: ―Hablas como una necia. ¿Pues qué? ¿Hemos de recibir de manos de Dios únicamente lo agradable y nunca lo desagradable? En todo esto Job no pecó ni de palabra.


El temor a ti me hace temblar; temo tus juicios.


Él ha hecho fuerte a su pueblo; ha honrado a sus fieles, su pueblo cercano. ¡Alabado sea el Señor!


»Señor, no me hieras más; agotado estoy bajo tu mano.


»Señor, ante ti estoy mudo. No abriré mi boca para decir ni una queja, pues mi castigo procede de ti.


¡Silencio! ¡Sepan que yo soy Dios! ¡Todas las naciones del mundo me honrarán!


Los poderes angelicales más altos se quedan temerosos ante Dios; él es más asombroso que ninguno de los que rodea su trono.


Tus reales decretos no cambian. La santidad, Señor, es lo que hace a tu reino diferente.


Yo he endurecido el corazón de los egipcios, y ellos los seguirán, y verán cómo honro mi nombre derrotando al faraón, con todos sus ejércitos, sus carros y sus caballos.


Y una vez más endureceré el corazón del faraón, y él los perseguirá. Lo hago así para mostrarle mi poder al faraón y a todo su ejército. Entonces todos los egipcios sabrán que yo soy el Señor». Los israelitas acamparon donde el Señor les había dicho.


Aun los sacerdotes que estén de turno deben santificarse para que no los destruya.


El Señor le dijo: ―Desciende y trae a Aarón contigo. Pero nadie más debe subir al monte, ni siquiera los sacerdotes, pues quien lo haga se expone a mi castigo.


También lo usarás para ungir a Aarón y a sus hijos, consagrándolos para que puedan servir delante de mí como sacerdotes.


―Está bien —replicó Ezequías—, todo lo que el Señor dice es bueno. ¡Por lo menos habrá paz en mis días!


Él me dijo: «Tú eres mi siervo, pueblo de Israel, y estoy muy orgulloso de ti».


¡Salgan, salgan pronto! ¡Dejen sus cadenas de esclavitud! ¡No toquen nada de la inmundicia de Babilonia! Ustedes, los que traen de regreso los utensilios del templo, ¡Purifíquense y no toquen nada impuro!


Ustedes serán para mí como una ofrenda de perfume suave cuando los traiga de vuelta del exilio, y las naciones notarán el gran cambio de sus corazones al ver el cambio de sus conductas.


El Señor Dios dice: “¡Yo soy tu enemigo, oh Sidón, y haré una demostración de mi poder contra ti! Cuando yo te destruya y muestre mi furia sobre ti, entonces todos los que lo vean sabrán que yo soy el Señor.


Esto sucederá en el futuro distante. Yo te traeré contra mi tierra, y mi celo quemante será reconocido a través de la destrucción que provocaré por medio de ti.


El edificio al lado de la entrada interior del sur es para los sacerdotes que están a cargo del altar —los descendientes de Sadoc— pues sólo ellos, de entre todos los levitas, pueden acercarse para ministrar para el Señor».


Luego él me dijo: «Estos pisos de habitaciones del norte y del sur que dan hacia el patio del templo son exclusivos; allí los sacerdotes que ofrecen los sacrificios al Señor comerán de las ofrendas más exclusivas y las almacenarán, las ofrendas de cereales, las ofrendas por el perdón de las maldades y las ofrendas por la culpabilidad general, pues estas habitaciones son exclusivas.


aun cuando sea descendiente de Aarón, no podrá ofrecer holocaustos al Señor, pues tiene un defecto físico.


Serán santos delante de su Dios, y no deshonrarán ni profanarán su nombre, de otro modo serán indignos de presentar las ofrendas quemadas delante del Señor su Dios.


El sacerdote ha sido apartado para ofrecer los sacrificios a su Dios; es santo, porque yo, el Señor que lo santifico, soy santo.


»Todos los sacerdotes deben obedecer estas instrucciones, para que no sean culpables, y mueran por violarlas. Yo soy el Señor quien los santifica.


Luego reiteró a Aarón y a sus hijos que debían permanecer a la entrada del santuario día y noche durante siete días. Les repitió: «Si dejan su lugar, morirán, pues es lo que el Señor ha dicho».


y dijo a Coré y a los que estaban con él: ―Mañana el Señor mostrará quiénes son los suyos, quién es santo y a quién ha escogido como sacerdote.


Pero el Señor dijo a Moisés y a Aarón: «Por cuanto no me creyeron ni me honraron delante del pueblo de Israel, no serán ustedes quienes los conduzcan a la tierra que yo les he prometido».


El que ame a su padre o madre más que a mí, no es digno de ser mío; y el que ame a su hijo o hija más que a mí, no es digno de ser mío.


¡Padre, glorifica tu nombre!». Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Ya lo glorifiqué y lo volveré a glorificar».


Todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré; así el Padre será glorificado en el Hijo.


Porque tú me deshonraste delante del pueblo de Israel en las aguas de Meriba en Cades en el desierto de Zin.


Así será cuando venga en aquel día a recibir honra y admiración de su pueblo, de sus santos. Ustedes estarán entonces con él, porque creyeron el mensaje que les llevamos.


Ya es tiempo de que el juicio comience por la propia familia de Dios. Y si comienza por nosotros, ¡imagínense el fin que les espera a los que no obedecen al evangelio de Dios!


»Por lo tanto, yo, el Señor Dios de Israel, declaro que aunque prometí que tu casa y la casa de tus antepasados llevarían el sacerdocio por siempre, no permitiré que se siga haciendo lo que tú haces. Honraré solamente a los que me honran, y despreciaré a los que me desprecian.


Samuel le contó lo que el Señor le había dicho. ―Es la voluntad del Señor —respondió Elí—. Haga él como mejor le parezca.


«¿Quién puede estar delante del Señor de este Dios Santo? —gritaban—. ¿A dónde podemos enviar el cofre desde aquí?».


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