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2 Reyes 20:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 ―Bien —respondió Ezequías—. Si eso es lo que el Señor quiere, está bien. Pero realmente estaba pensando: «Por lo menos tendré paz y seguridad durante el resto de mi vida».

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Biblia Reina Valera 1960

19 Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Después dijo: Habrá al menos paz y seguridad en mis días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Entonces Ezequías dijo a Isaías: —Este mensaje que me has dado de parte del Señor es bueno. Pues el rey pensaba: «Por lo menos habrá paz y seguridad mientras yo viva».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Ezequías respondió a Isaías: '¡Es buena esa palabra de Yavé que acabas de pronunciar!' Pues pensaba: '¡Qué me importa, con tal que durante mi vida haya paz y tranquilidad!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Y Ezequías dijo a Isaías: Buena es la palabra de YHVH que has pronunciado. Y añadió:° ¿Acaso no será así, si hay paz y estabilidad en mis días?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Dijo entonces Ezequías a Isaías: 'Justa es la sentencia de Yahveh que has pronunciado'. Y añadió: '¡Pero al menos habrá paz y seguridad en mis días!'.

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2 Reyes 20:19
15 Tagairtí Cros  

Sin embargo, por amor a tu padre David, no lo haré mientras estés vivo. Le quitaré el reino a tu hijo, y aun así, permitiré que sea rey de una tribu, por amor de David, y por amor de Jerusalén, mi ciudad escogida».


―De acuerdo —respondió Simí—, haré lo que tú digas. Y Simí se quedó viviendo en Jerusalén.


El resto de la historia de Ezequías y de sus grandes hechos, incluyendo el estanque y el acueducto que hizo para llevar agua a la ciudad, están escritos en el libro de los reyes de Judá.


La desgracia de este pueblo no ocurrirá sino hasta después de tu muerte, de modo que tú no verás el mal que traeré sobre este lugar”». Y ellos llevaron el mensaje al rey.


Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y nada tendré cuando muera. El Señor me dio cuanto yo tenía; suyo era, y tenía derecho de llevárselo. Bendito sea el nombre del Señor».


»Señor, ante ti estoy mudo. No abriré mi boca para decir ni una queja, pues mi castigo procede de ti.


Sin embargo, vendrá el tiempo en que sanaré a Jerusalén y le daré prosperidad y paz.


¡en que el gran amor del Señor no tiene fin, pues sólo ha sido por su misericordia que nos ha guardado de la destrucción completa!


¿Por qué, pues, nosotros, simples seres humanos, nos quejamos cuando nos castigan por nuestros pecados?


Moisés le dijo a Aarón: «Esto es lo que el Señor quiso decir cuando declaró: “Me santificaré entre los que se acercan a mí y seré glorificado delante de todo el pueblo”». Aarón, permaneció en silencio.


«Los ayunos y los otros rituales tradicionales de los meses cuarto, quinto, séptimo y décimo ya no serán expresión de constricción sino de alegría y festejo; serán días de fiesta y de gozo para todo el pueblo. Me interesa más que amen la paz y la verdad.


Pero el ángel les dijo: «¡No tengan miedo! Les traigo buenas noticias que van a llenar de alegría a todo el pueblo:


«Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra para los que gozan de su buena voluntad».


Samuel le contó lo que el Señor le había dicho. ―Es la voluntad del Señor —respondió Elí—. Haga él como mejor le parezca.


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