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1 Samuel 3:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 Samuel crecía y el Señor estaba con él y Dios hizo que se cumplieran todos sus mensajes.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 El Señor estaba con Samuel mientras crecía, y todo lo que Samuel decía se cumplía.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Samuel había crecido; Yavé estaba con él y sus palabras nunca dejaban de cumplirse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Y Samuel creció, y YHVH estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Samuel iba creciendo y Yahveh estaba con él, de suerte que no dejó caer en tierra ninguna de sus palabras.

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1 Samuel 3:19
32 Tagairtí Cros  

Por este tiempo, el rey Abimélec, acompañado de Ficol, el comandante de sus tropas, fue a donde estaba Abraham y le dijo: ―Es evidente que Dios te bendice y te ayuda en todo lo que emprendes.


Además, estaré contigo y te protegeré dondequiera que vayas, y te traeré de nuevo sano y salvo a esta tierra. ¡Jamás te abandonaré sin haberte cumplido mis promesas!».


El Señor bendijo mucho a José en la casa de su amo, de modo que tenía éxito en todo lo que emprendía.


Potifar comprendió que el Señor estaba con José de una manera muy especial.


«Bendito sea el Señor, que ha cumplido su promesa y ha dado reposo a su pueblo Israel; ni una palabra ha dejado de cumplir de todas las maravillosas promesas dadas por su siervo Moisés.


De esta manera se cumplió la afirmación que el Señor había hecho a Jehú: «Tu hijo, tu nieto y tu bisnieto serán reyes de Israel».


Cuando pases por aguas profundas de gran tribulación, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos no te ahogarás. Cuando pases por fuego no te quemarás, las llamas no te consumirán.


Pero lo que mis profetas dicen, eso hago. Si dicen que Jerusalén será librada y las ciudades de Judá volverán a ser habitadas, así será.


así es mi palabra. Yo la envío y siempre produce fruto. Realiza cuanto yo quiero y prospera en dondequiera la envíe.


«¡Miren! La virgen concebirá y tendrá un hijo y lo llamarán Emanuel» (que quiere decir «Dios está con nosotros»).


El ángel entró donde ella estaba y le dijo: ―¡Te saludo, a ti que has recibido la bendición de Dios! El Señor está contigo.


El niño crecía y su espíritu se hacía más fuerte; y vivió en el desierto hasta el día en que se presentó públicamente al pueblo de Israel.


El niño crecía y se fortalecía; se llenaba de sabiduría y Dios lo favorecía.


Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba más y más del favor de Dios y de la gente.


Concluyo con estas palabras: Estén contentos, busquen su restauración, consuélense, vivan en paz y armonía, y el Dios de amor y paz estará con ustedes.


Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.


Si lo que ese hombre ha profetizado no ocurre, no es el Señor quien ha dado el mensaje. Lo ha fraguado él mismo, no le tendrás temor.


Que el Señor esté con tu espíritu. Que su amor sea con ustedes.


Cada cosa buena que les había prometido se cumplió.


Cuando nació el hijo, le pusieron Sansón, y el Señor lo bendijo mientras crecía,


Desde ese momento tendrás que tomar decisiones basadas en lo que te parezca mejor según las circunstancias, porque el Señor estará contigo.


mis hijos son parte del pueblo, y yo ya estoy viejo y lleno de canas y los he estado sirviendo desde que era un niño.


Uno de los cortesanos le dijo que conocía a un joven de Belén hijo de un hombre llamado Isaí, que no sólo era un arpista con talento sino un joven gallardo, valiente, fuerte y juicioso. ―Lo que es más —añadieron—, el Señor está con él.


Saúl le tenía miedo a David porque el Señor lo había abandonado y ahora estaba con David.


David siguió teniendo éxito en todo lo que emprendía, porque el Señor estaba con él.


David quedó como ayudante especial de Saúl, y siempre cumplía sus encargos tan satisfactoriamente que Saúl le dio autoridad sobre sus hombres de guerra, designación que fue aplaudida por el ejército y por el pueblo.


Y Dios le dio a Ana tres hijos y dos hijas. Mientras tanto, Samuel crecía en el servicio del Señor.


El pequeño Samuel, en cambio, iba creciendo en estatura y en gracia ante todos y también ante el Señor.


Pero el criado le dijo: ―Acaba de ocurrírseme una idea. Hay un profeta que vive en esta ciudad. Él es muy respetado por todos sus habitantes, porque todo lo que dice ocurre. Vamos, busquémoslo y quizás él pueda decirnos dónde están las burras.


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