He rehusado seguir la senda del mal porque permaneceré obediente a tu palabra.
1 Juan 5:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Nadie que forme parte de la familia de Dios peca de manera habitual, porque Cristo, el Hijo de Dios, lo tiene bien agarrado y el diablo no puede echarle mano. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. Biblia Nueva Traducción Viviente Sabemos que los hijos de Dios no se caracterizan por practicar el pecado, porque el Hijo de Dios los mantiene protegidos, y el maligno no puede tocarlos. Biblia Católica (Latinoamericana) Sabemos que el que ha nacido de Dios no peca, pues lo protege lo que en él ha nacido de Dios, y el Maligno no puede tocarlo. La Biblia Textual 3a Edicion Sabemos que todo el que es nacido de Dios no peca, pues el que fue engendrado por Dios° lo guarda, y el maligno no lo agarra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sabemos que quien ha nacido de Dios no peca; sino que Aquel que ha nacido de Dios lo guarda y el Maligno no lo toca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca, porque el que es engendrado de Dios, se guarda a sí mismo, y el maligno no le toca. |
He rehusado seguir la senda del mal porque permaneceré obediente a tu palabra.
He cumplido tus mandatos y no he imitado a los hombres crueles y perversos.
Yo dije para mí: voy a vigilar mi conducta y no pecaré con la lengua. Me pondré una mordaza en la boca especialmente cuando los impíos me rodeen.
»Si el animal muerto toca la semilla que se iba a sembrar en el campo, esa semilla no se contamina,
Es suficiente con que digan “sí” o “no” y nada más. Si dicen algo más, seguro viene del maligno.
No nos metas en tentación, mas líbranos del mal, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén”.
Los hijos de Dios no nacen de la sangre, ni por deseos naturales o por voluntad humana, sino que nacen de Dios.
Ya no hablaré mucho con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo. Él no tiene poder sobre mí,
Sigan unidos a mí, y yo seguiré unido a ustedes. Así como una rama no puede dar fruto por sí misma, separada de la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si están separados de mí.
Si ustedes siguen unidos a mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran y se les dará.
»Así como el Padre me ama a mí, así también yo los amo a ustedes. No se aparten de mi amor.
Cuando él llegó y vio las maravillas que Dios estaba haciendo, lleno de alegría alentó a los creyentes a permanecer fieles al Señor.
Él quiso darnos vida por medio de la palabra de verdad, para que fuéramos los primeros frutos de su creación.
La religión pura y sin mancha que a Dios le agrada es esta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus problemas, y estar siempre limpio sin mancharse con la maldad del mundo.
pues ustedes han nacido de nuevo, no de padres mortales, sino de la palabra de Dios que vive y permanece.
Si saben que Jesús es justo, deben también saber que todo el que practica la justicia es hijo de Dios.
No seamos como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Por qué lo mató? Pues porque Caín hacía lo que es malo y su hermano lo que es justo.
El que ha nacido de Dios no practica el pecado, porque la vida de Dios está en él; no puede vivir entregado al pecado porque ha nacido de Dios.
Pero nosotros somos hijos de Dios; el que es de Dios nos presta atención, pero el que no, no. Y aquí tienen otra manera de saber si determinado mensaje procede de Dios: si procede de Dios, el mundo no lo escuchará.
Si creen ustedes que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y el Salvador, ustedes son hijos de Dios. Y el que ama al padre ama también a los hijos.
Y si sabemos que él nos oye cuando le hablamos y cuando le presentamos nuestras peticiones, podemos estar seguros de que nos contestará.
Sabemos que somos hijos de Dios. El mundo que nos rodea está bajo el dominio de Satanás,
pero sabemos que Cristo, el Hijo de Dios, vino a ayudarnos a hallar y entender al Dios verdadero. Ahora estamos en Dios, porque estamos en su Hijo Jesucristo, que es también Dios verdadero y la vida eterna.
Hijitos, apártense de cualquier cosa que pueda desplazar a Dios de sus corazones. Amén. Sinceramente, Juan.
porque el que es hijo de Dios puede vencer el pecado y las inclinaciones al mal, confiando en la ayuda que Cristo puede ofrecerle.
entréguense al amor de Dios y esperen el día cuando nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna.
Y ahora, que la gloria, la majestad, el imperio y la potencia sean eternamente del único Dios, Salvador nuestro por medio de Jesucristo, quien tiene poder para conservarlos sin caída y, con gran alegría, presentarlos sin tacha ante su gloriosa presencia. Amén.
Sé bien que vives en la ciudad donde Satanás tiene su trono; sin embargo, te has mantenido fiel a mí y no me negaste ni siquiera cuando en esa ciudad de Satanás llevaban al martirio a Antipas, mi fiel testigo.