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Apocalipsis 2:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

13 Sé bien que vives en la ciudad donde Satanás tiene su trono; sin embargo, te has mantenido fiel a mí y no me negaste ni siquiera cuando en esa ciudad de Satanás llevaban al martirio a Antipas, mi fiel testigo.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 »Yo sé que vives en la ciudad donde Satanás tiene su trono; sin embargo, has permanecido leal a mi nombre. Te rehusaste a negarme aun cuando mi fiel testigo, Antipas, murió como mártir en medio de ustedes, allí en la ciudad de Satanás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Sé dónde vives, y ahí está el trono de Satanás. Pero te aferras firmemente a mi Nombre y no has renegado de tu fe ni siquiera cuando mataron a Antipas, mi fiel testigo, ahí donde vives, en esa tierra de Satanás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Sé° dónde moras: donde está el trono de Satanás. No obstante,° retienes mi nombre, y no negaste mi fe,° ni aun en los días de Antipas,° mi testigo fiel, el cual fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 'Conozco dónde moras: allí donde está el trono de Satanás. Mantienes firme mi nombre y no has negado mi fe, ni en los días de Antipas, mi testigo, mi fiel, que fue muerto entre vosotros, ahí donde mora Satanás.

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Apocalipsis 2:13
27 Tagairtí Cros  

Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer todas las ciudades de Israel antes que yo haya regresado:


Entonces a ustedes los torturarán, los matarán, los odiarán en todo el mundo por causa de mí,


―¡Vete de aquí, Satanás! —le respondió Jesús—. Las Escrituras dicen: “Sólo al Señor tu Dios adorarás, y solamente a él le obedecerás”.


Todo el mundo los odiará por ser mis seguidores.


Y cuando estaban matando a Esteban, tu testigo, yo estaba allí aprobando lo que hacían y cuidando la ropa de quienes lo mataban”.


Y sabemos que tiene órdenes de arresto, firmadas por los principales sacerdotes, para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.


Pónganlo todo a prueba, pero retengan sólo lo bueno.


El que no se ocupa de los suyos, especialmente de los de su propia familia, ha negado la fe y es peor que un infiel.


Ten por norma las sanas verdades que te enseñé, especialmente las concernientes al amor y a la fe en Cristo.


Si soportamos nuestros sufrimientos, reinaremos con él. Si negamos a Cristo, él también dirá que no nos conoce;


Sigamos firmes en la esperanza que profesamos, porque él cumplirá la promesa que nos hizo.


En cambio, Cristo es fiel como Hijo sobre la casa de Dios. Y nosotros somos la casa de Dios si mantenemos hasta el fin nuestra entereza y la esperanza que nos hace sentir orgullosos.


¿No son los ricos los que insultan el buen nombre del Señor a quien ustedes pertenecen?


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, que fue el primero en levantarse de entre los muertos y que tiene autoridad sobre todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y derramó su sangre para libertarnos de nuestros pecados,


Y enviaré a mis dos testigos para que profeticen durante mil doscientos sesenta días vestidos de luto».


Ellos lo vencieron con la sangre del Cordero y por el mensaje del que dieron testimonio, pues teniendo en poco sus vidas, no evitaron la muerte.


Parecía un leopardo, pero tenía pies de oso y boca de león. El dragón le entregó a la bestia el poder, el trono y la gran autoridad que poseía.


Aquí se verá la paciencia del pueblo santo que obedece los mandamientos de Dios y es fiel a Jesús.


Y se unirán para pelear contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá porque es Señor de señores y Rey de reyes, y los que lo siguen son sus llamados, sus elegidos y sus fieles».


No tardé en comprender que estaba ebria con la sangre de los santos mártires de Jesús. La miré horrorizado.


Estoy al tanto de la obra que realizas. Me he fijado en tu duro trabajo, en la paciencia que tienes. Sé que no toleras a los malvados y que has examinado cuidadosamente a los que se llaman apóstoles y no lo son, y te has dado cuenta de sus mentiras.


Vengo pronto. Retén firmemente lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.


Vuélvete a lo que oíste y creíste al principio; guárdalo firmemente y arrepiéntete. Si no lo haces, iré a ti como ladrón, cuando menos lo esperes.


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