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Salmos 142:3 - Biblia Martin Nieto

ante él derramo mi lamento, ante él expongo mi angustia.

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Biblia Reina Valera 1960

Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando me siento agobiado, solo tú sabes qué camino debo tomar. Vaya adonde vaya, mis enemigos me han tendido trampas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

cuando en mí desfallece mi espíritu, pero tú, ¿no conoces mi sendero? En el camino por donde pasaba ocultaron una trampa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Mientras mi espíritu desmaya dentro de mí. Pero Tú conoces mi sendero, Que en el camino por donde avanzo me han escondido una trampa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

vierto mi queja en su presencia, digo mis cuitas a su vista.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Cuando mi espíritu se agobiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo.

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Salmos 142:3
20 Tagairtí Cros  

Él, sin embargo, conoce mis caminos. Póngame a prueba; saldré como oro puro.


Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el de los injustos lleva a la ruina.


Oración de un afligido que, en su congoja, derrama su llanto ante el Señor


Pues mis días se disipan como el humo, y mis huesos queman como brasas;


Líbrame, Señor, de las manos de los criminales, guárdame de los hombres que ejercen la violencia, que proyectan mi caída;


guárdame del lazo que me tienden y de las insidias de los criminales;


Se me apaga el aliento y dentro el corazón se me consume.


Explora mi corazón, vigílame de noche, pruébame en el crisol, no encontrarás en mí ningún delito;


ávidos abren contra mí sus fauces, cual leones que rugen y desgarran.


ya que eres tú mi roca y mi fortaleza, por el honor de tu nombre, condúceme tú y guíame;


Se pasan el día haciéndome sufrir, sólo piensan en hacerme daño;


Oh Dios, escucha mi grito, atiende mi plegaria.


Confiad en él, oh pueblo, en todo tiempo; Dios es nuestro refugio.


En el día de la angustia acudo al Señor, alzo sin descanso mis manos en la noche y no encuentro consuelo;


¡Óiganse salir gemidos de sus casas cuando, de improviso, mandes tú contra ellos hordas de saqueadores! Pues han cavado una fosa para cazarme y han tendido lazos a mis pies.


¡Arriba! Lanza gritos en la noche, a cada relevo de la guardia; derrama, como agua, tu corazón delante del Señor; alza tus manos a él por tus pequeños, que desfallecen de hambre en las esquinas de las calles.


Los fariseos se fueron a deliberar y ver cómo le podrían cazar en alguna palabra.